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jueves, 8 de marzo de 2012

Yo no querría una cesárea, ¿y tú?


Hace ya un tiempo tuve una conversación con una amiga sobre las cesáreas. Al comentarle que en algunos casos las cesáreas podían haberse evitado, me sorprendió afirmando que de ese modo se evitaba el dolor, y que ella y su hermano habían nacido por cesárea y tanto su madre como ellos habían evolucionado con normalidad. Parecía estar convencida de que la cesárea era la mejor opción (al menos para ella) para da a luz. Me pilló tan de sorpresa que aunque intenté explicarle que siempre es mejor un parto vaginal, que para eso estamos diseñados, quedé con ella en que escribiría una entrada explicando por qué es mejor un parto vaginal (siempre y cuando no haya riesgos para la madre o el bebé) y los riesgos de las cesáreas.

Que nos de miedo el dolor al parto puedo entenderlo, pero en ese caso podemos optar por la epidural, claro que esta también tiene sus riesgos y no estaría demás conocerlos. De todas formas sería conveniente no adelantar acontecimientos, porque quizás pensemos que el dolor nos va a superara y resulta que no es tanto como creíamos. Sería buena idea intentar trabajar ese miedo e informarnos para estar más tranquilas.

Cada vez que oigo a una mamá relatar la experiencia de su cesárea ser me parte el corazón. Que nada más nacer tu hij@ apenas puedas verl@, y ya no digo ni tocarl@, y se lo lleven y estés en el mejor de los casos 1 hora (no es lo habitual, porque suelen ser bastantes más) sin saber nada de él/ella, cómo estará, si llorará, si tendrá hambre, si se sentirá sol@, si tendrá frío, si se encontrará bien…

Si a mi me hubieran separado de mi hija nada más nacer habría entrado en un estado de ansiedad alarmante. Hace poco una mamá nos contaba que se puso tan nerviosa cuando se llevaron a su bebé tras la cesáreas que los mismos sanitarios se dieron cuenta de que la mamá así no podía estar y que su estado iba en detrimento de su recuperación. Esta mamá sólo quería, sólo necesitaba, estar con su bebé. Y su bebé necesitaba estar con ella, porque no nos olvidemos que ell@s también sufren ante la separación y mucho.

Ahora muchos papás pueden hacer canguraje con su bebé hasta que permiten a la mamá reunirse con ellos, esto para el bebé es maravilloso. Pero aun así, una madre a la que le arrebatan a su bebé no puede sentirse bien ni recuperarse en condiciones.

Es esperanzador saber que esto en algunos hospitales va cambiando.

- Lesión de vejiga, útero y vasos sanguíneos.
- Hemorragia.
- Coágulos.
- Embolismo pulmonar.
- Infecciones.
- Dificultades. con actividades normales y dolor en la incisión meses después.
- En cesáreas no planeadas es mas fácil que las mujeres experimenten emociones negativas, (baja autoestima, sensación de haber fallado…).

Y a continuación los riesgos que una cesárea conlleva para el bebé:
- En cesáreas programadas algunos bebes nacen antes del momento de estar listos y pueden presentar problemas respiratorios o alimenticios.
- En comparación con los nacimientos por vía vaginal un 50% de los valores de apgar son más bajos y requieren más frecuentemente asistencia respiratoria.
- L@s niñ@s que han nacido de una cesárea programada pueden desarrollar hipertensión pulmonar.
- Riesgo de cortes en el bebé. Podéis leer un caso aquí.
- Ictericia.
- Debido a la separación que sufren madre y bebé el vínculo madre-bebé se ve afectado, al igual que ocurre con la lactancia materna (lo cual no quiere decir que el vínculo no se establezca o que sea imposible la lactancia).


Con esta entrada no quiero ir en contra de las cesáreas necesarias, pues gracias a estas se salvan las vidas de miles de niños. Lo que no quiero es que se tome a la ligera esta práctica porque de esa manera la mamá no sufre dolores (que le pregunten a las mamás que han pasado por una cesárea si han sufrido dolores o no en el postparto) o porque para el bebé es menos estresante (el bebé que nace por parto vaginal recibe un “abrazo” al recorrer el canal del parto que le ayuda a vaciar de líquido amniótico los pulmones y las vías respiratorias, contribuyendo a poner en marcha su organismo). Antes de programar cesáreas a conveniencia de madres (y padres) o médicos habría que informarse muy bien de los riesgos que conlleva esta práctica, e igualmente las personas que atienden partos deberían permitir a las mujeres seguir su proceso de parto a su ritmo y sin prisas, a no ser que realmente haya que intervenir por riesgo para el bebé o para la madre.

Mucho menos quiero con esta entrada que las mamás que han pasado por una cesáreas se sientan ofendidas o culpables, pues bastante mal lo pasaron ya en su momento angustiadas tras la separación de su bebé, las molestias en el postparto y muchas veces una herida no sólo física que continua doliendo.

Aprovecho que recientemente ha circulado este vídeo por las redes sociales para dejároslo por si alguien no lo ha visto: