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miércoles, 11 de enero de 2017

Lo que un bebé no es capaz de hacer

Se tiene la idea generalizada de que el bebé es muy listo y nos toma el pelo. Por eso desde bien temprano hay que enseñarle quien manda. Todo para que no se nos suba a la chepa.

Nunca he entendido como tenemos hijos con esta idea tan distorsionada de lo que es un niño. Como si bebés y niños fuesen nuestro enemigo. Hay que domarlos antes de que sea demasiado tarde.




Efectivamente ese es el objetivo: que obedezcan, que no se salgan con la suya, que no nos fastidien… En definitiva, domesticarlos. Cuantos antes mejor, que es cuando se están desarrollando, dependen totalmente de nosotros y no tienen capacidad para decirnos cuatro cosas bien dichas.
   

Así creamos niños obedientes, futuros adultos sumisos.

Niños buenos, futuros adultos reprimidos.

Niños no respetados ni física ni emocionalmente,
futuros adultos invasivos
y que no saben reconocer ni sus propias emociones
 ni las de los demás.


No quiero que mis hijas sean obedientes, sino que entiendan el por qué de las cosas (cuando sean capaces de hacerlo) y tomen sus decisiones.

No quiero que mis hijas sean buenas, quiero que sean simplemente niñas (los niños no son ni buenos ni malos). Quiero respetar a mis hijas como toda persona se merece, porque además es la manera de que ellas también respeten.

Y aunque solemos hacerlo lo mejor que podemos y sabemos, nos cuesta dejar atrás patrones dañinos aprendidos. Porque salirse de la normal no es fácil. Incluso aunque hayamos decidido informarnos acerca del desarrollo  de los niños, en la práctica no es tan sencillo porque tenemos bien integrados esos patrones aprendidos.




¿Qué no es capaz de hacer un bebé?

Matizar que cuando hablo de bebé me refiero a niños de hasta tres años.

- No tiene capacidad para razonar. Por tanto no tiene la capacidad de entender las razones que podemos ofrecerle para que haga o deje de hacer esto o aquello.

- No tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Por tanto no entiende que lo que hace puede tener consecuencias o de hasta qué punto hace daño al otro.

- No tiene capacidad para engañarnos. Por tanto no puede tomarnos el pelo.

- No puede ser malo. Se suele llamar malo a un bebé que llora, que se despierta por la noche, que cuando ya deambula pega o quita juguetes a otros niños… Esto está dentro de la normalidad en el desarrollo de un bebé y no tiene nada que ver con la maldad. La maldad es una cualidad de los adultos.







¿Por qué un bebé no es capaz de hacer todo esto?

Muy sencillo, esto depende de su desarrollo cerebral. No es hasta alrededor de los tres años cuando toma relevancia el cerebro racional, el neocortex. La capacidad de razonar o ponerse en el lugar del otro no es posible hasta que esto sucede. Teniendo en cuenta además que es un proceso que requiere tiempo y maduración.

Según el modelo del Cerebro Triúnico antes de los tres años son dos cerebros los que rigen el desarrollo del bebé. El cerebro  reptiliano o primitivo, lo que es el instinto y la supervivencia. Y el cerebro límbico, lo que son las emociones. Por eso, antes de esa edad, no tienen lenguaje fluido, ni memoria propiamente dicha, ni son capaces de razonar.

Otra cosa es que por nuestros gestos o palabras ellos sepan que no nos gusta lo que dicen o hacen. Pero no tiene nada que ver con que lo entiendan.

Yo le puedo decir a mi hija que no abra ese cajón o no cruce la carretera porque es peligroso. Ella puede saber lo que le pido pero no entiende por qué motivo no va a poder hacerlo si a ella le apetece, el peligro que puede correr o las consecuencias.

Por eso el juego es fundamental en esta etapa. Las explicaciones sólo sirven para acostumbrarnos a dárselas. El juego sirve para que todo fluya más fácilmente y el peque colabore cuando sea necesario. De la misma forma el juego seguirá siendo muy importante para el aprendizaje de los pequeños hasta los siete años.


El bebé aprende por imitación


Si le daño, le grito, le miento, le engaño, le enseño a ser sumiso, mermo su autodefensa, o me ve hacerlo a los demás, será lo que aprenda. Disculpamos acciones en nosotros mismos u otros adultos que no admitimos en los niños.

Si le hacemos daño creyendo que así aprenderá o se dará cuenta (el manido cachete a tiempo o pellizcarle cuando nos pellizque, por poner un par de ejemplos) aprenderá que el más fuerte es el que manda y que puede dañar a otro para conseguir las cosas. Jamás he entendido el “no se pega” mientras se le da un cachete al niño.

Es normal que en ocasiones peguen para defender su espacio o lo que consideran sus cosas. Hay que tener en cuenta que a esta edad están en la etapa egocéntrica y así debe ser para no quedarse ahí estancados, como les sucede a tantos adultos. Por supuesto no podemos permitir que se hagan daño, aquí si hay que intervenir. Pero lo que no es lógico es dañarle  o hacerle sentir mal para evitarlo.

En torno a los tres años podremos ir dándoles explicaciones cortas, adecuadas a su edad, sin olvidar que el juego siempre será nuestro gran aliado.


No siempre en sencillo nuestra relación con nuestros hijos. Pero olvidamos que la falta de apoyo, las prisas, nuestra pesada mochila o los consejos no pedidos no ayudan en nada. Todo lo contrario. No pidamos a nuestros hijos lo que no les corresponde.



Si la información te ha resultado útil te invito a seguirme en facebook y a darte de alta en el boletín.

Si tienes alguna duda puedes escribirme a info@soniandoduendes.com. Si lo que necesitas es una asesoría, ya sea online o a domicilio puedes ponerte en contacto conmigo en ese mismo mail.


domingo, 12 de enero de 2014

Imprescindible saber sobre maternidad y crianza

Cuando comencé el blog hace ya más de 3 años no me imaginaba todo lo que iba a aprender durante mi camino como madre, como bloguera, y ahora como asesora en maternidad y crianza. Mi intención, al comenzar el blog, siempre fue (y sigue siendo) aportar información a otras familias, pero especialmente a otras madres, que se encontrasen con dudas o falta de apoyo en su inicio a la maternidad o durante la crianza de sus hijos.

Son muchos los post que he escrito desde entonces, con información contrastada, experiencias propias, vivencias del día a día, aprendizaje continuo… y es mucha la información que he ido acumulando en estos años. Por eso hoy he querido recopilar once post imprescindibles sobre maternidad y crianza. Iban a haber sido diez, pero no he podido dejar fuera ninguno de los que he elegido, y os puedo asegurar que me gustaría haber incluido algunos más. Pretendo que esto sea un resumen, si buscáis cualquier otra información lo podéis buscar en la sección de "Etiquetas" en la columna de la derecha del blog. O si necesitáis que os asesore sobre algún tema podéis escribirme a info@soniandoduendes.com.



Son once post con información que a mi me hubiera gustado leer durante el
embarazo o en el postparto inmediato.

Práctica desaconsejada por la OMS pero que se sigue realizando, sin nuestro permiso, con demasiada frecuencia.

El contacto físico con nuestros hijos es crucial para el correcto desarrollo su cerebro.

Si tienes claro cómo quieres que sea tu parto puedes redactar tu propio plan de parto. Es nuestro derecho y el de nuestros hijos.

Son muchas las dudas que nos surgen sobre si podremos seguir amamantando a nuestros hijos cuando nos reincorporemos al trabajo. Si quieres continuar dando el pecho, trabajo y lactancia son compatibles.

Son muchos y muy importantes los beneficios de portear a nuestros hijos, de atender sus necesidades y que nos sientan cerca.

Yolanda González nos habla sobre estos dos temas, a veces tabús, con relación a nuestros hijos.

Es importante cuidar nuestro suelo pélvico. Es algo que deberíamos hacer siempre, seamos o no madres, porque es un músculo muy importante de nuestros cuerpo y que si no cuidamos podemos sufrir, por ejemplo, incontinencia urinaria en el mejor de los casos.

En comparación con los desechables, los pañales de tela siempre salen ganando, el ahorro es considerable, son mucho más bonitos, más saludables para la piel y además ecológicos.

La epidural no es inocua ni para nosotras ni para nuestros bebés. Por otro lado, a pesar del miedo que nos han metido, las mujeres somos capaces de parir sin epidural, y mucho mejor, porque no interfiere en un proceso fisiológico como es el parto.

Existen muchas creencias erróneas en torno a la lactancia materna que sólo contribuyen al fracaso de esta y la pérdida de un alimento diseñado exclusivamente para cada bebé.

La cesárea conlleva unos riegos, asumibles cuando se realiza por necesidad; pero siendo una práctica irresponsable cuando se banaliza por conveniencia de los médicos o los padres.

¿Qué es lo que os gustaría haber sabido antes de ser padres?


Si necesitas acompañamiento durante tu embarazo o postparto, tienes dudas o problemas con la lactancia, quieres portear de forma segura, o necesitas información sobre cualquier tema relacionado con la crianza, puedes contactar conmigo en info@soniandoduendes.com.

lunes, 11 de noviembre de 2013

La mielinización y el desarrollo de los niños

El desarrollo cerebral no sólo está determinado por los genes y nuestra biología, sino también por la interacción con el medio ambiente. De ahí la gran influencia de la estimulación recibida en la infancia, que es cuando el crecimiento neuronal es mayor. De hecho, dependiendo de la estimulación que reciba un niño en sus primeros años, se producirán conexiones entre unas neuronas y se eliminarán otras. Esto afecta al desarrollo futuro, tanto físico, como emocional e intelectual, la memoria, la atención y el aprendizaje.

Existe evidencia científica de que los niños que han sido privados de contacto físico y emocional, o con deficiente apego materno-infantil, en edades muy tempranas, muestran un retraso en el desarrollo motor, lingüístico e intelectual, a parte de alteraciones de la conducta. La solución a esto no es sobreestimular a los bebés y los niños, cosa que afecta de igual manera negativamente a su desarrollo, sino ofrecerles la justa estimulación mediante nuestra accesibilidad y contacto constante.


¿Cómo se relaciona el medio ambiente y nuestro desarrollo cerebral?

El sistema nervioso recibe los estímulos del exterior y el interior del organismo, a los cuales transforma en impulsos nerviosos, que viajan a través de las neuronas. Esos impulsos llegan al cerebro, donde son procesados e interpretados, y luego el cerebro envía una respuesta que llega a los diferentes órganos.

La mielinización es el proceso en el que se forma una vaina de mielina (sustancia lípida de color blanquecino) alrededor del axón o cilindro-eje de la neurona o célula nerviosa. La mielina se encuentra en el sistema nervioso en los seres vertebrados y facilita la transmisión de los impulsos nerviosos de unas neuronas a otras, entre las distintas partes del cuerpo, gracias a su efecto aislante, lo cual hace que la recepción y envío de estímulos se haga correctamente.

No es el número de neuronas lo que influye en nuestro aprendizaje sino las conexiones neuronales, fomentadas por la estimulación del medio ambiente que reciba el bebé/niño.

Si la vaina de mielina se deteriora o el proceso de mielinización no se lleva a cabo de forma eficaz, las neuronas funcionan mal. Esto afecta al sistema nervioso, ya que los impulsos eléctricos no se conducen con suficiente velocidad o se detienden en los axones. Una neurona con los axones recubiertos de mielina transmite unas cien veces más rápido los impulsos nerviosos que una neurona que no tiene los axones recubiertos con mielina, produciendo una mayor eficacia en el funcionamiento del organismo.

De la misma manera que hay un aumento neuronal, si no ha habido conexión entre neuronas, por el motivo que sea, se produce lo que se llama poda sináptica (de las neuronas), para eliminar las conexiones que no se han estimulado y por tanto no se consideran necesarias. Esto ocurre especialmente entre entre los 5 y los 16 años.

El proceso de mielinización es imprescindible para el aprendizaje ya que la mielinización se realiza en el entorno donde nos hayamos.


Proceso de mielinización

Cuando el bebé nace está mielinizado el cerebro reptiliano (áreas subcorticales, responsables de las conductas reflejas o involuntarias), y progresivamente se van a ir mielinizando las zonas corticales (responsables de las conductas voluntarias y de carácter más complejo). Las estructuras básicas para funcionar correctamente se producen durante los dos primeros años de vida, sobre todo el primer año (en el resto de los mamíferos se producen en el vientre de su madre).

El 80% del proceso de mielinización se produce hasta a los 6 años (una cuarta parte de este porcentaje se da en el vientre materno), un 10% de los 6 a los 30 años, y el 10% restante a partir de los 30 años. La correcta estimulación en edades tempranas permite la formación de conexiones y redes nerviosas, produciendo una mayor capacidad intelectual.


Nuestra función como padres en la crianza de nuestros hijos

Esta probado científicamente que la estimulación acelera el proceso de mielinización. La estimulación prenatal y neonatal, así como la recibida en los primeros tres años de vida, afecta y promueve el desarrollo de conexiones neuronales. El mayor periodo de plasticidad del cerebro se corresponde a los 6 primeros años de vida, y aun más de 0 a 3. 

El vínculo de los padres con sus pequeños, especialmente el vínculo madre-hijo/a, es fundamental para el correcto desarrollo de la corteza orbitofrontal. Durante los primeros meses de vida esta zona del cerebro es especialmente sensible a situaciones que causan estrés al bebé, como el llanto no consolado o la falta de contacto físico. Estas situaciones mantenidas en el tiempo, debido al  flujo constante de hormonas del estrés, pueden dañar el cerebro de forma permanente.

Por tanto, dar amor a nuestros hijos/as, ofrecerles contacto físico y por ende atender sus necesidades, en sus primeros años de vida, es de vital importancia para su correcto desarrollo a todos los niveles.


Si no disponemos de información veraz sobre el desarrollo normal de los bebes y niños, podemos dejarnos llevar por la creencia errónea de que desatender sus necesidades es bueno para ellos. Personalmente me sale de las entrañas atender el llanto de un niño, no ya porque le vaya afectar en un futuro (que también) sino porque en el momento presente mi deseo es cuidarlo, que no sufra y que sea feliz.


¿Consideras, como madre o padre, que hay información accesible sobre el desarrollo normal de un/a niño/a?



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