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martes, 21 de febrero de 2017

Chupete: Cómo quitarlo

Podríamos decir que el chupete es un pezón de plástico que se le da al bebé para que calme su necesidad de succión.

El bebé ya succiona en el vientre materno. Y nace con esa necesidad de succión, que queda satisfecha sobre el pecho de la mamá, donde encuentra seguridad, placer y alimento.

La necesidad de succión del bebé es fundamental para su desarrollo. Hasta los tres años el bebé conoce el mundo a través de la boca, lo que se conoce como la etapa oral.




Es por esto que se suele acostumbrar al bebé al chupete. Y digo acostumbrar porque cuando un bebé es amamantado suele suceder que de primeras no quiera el chupete. El bebé no necesita chupete, puede vivir perfectamente sin él, y de hecho hay bebés que no lo han llevado nunca.

Existen casos, como son bebés nacidos prematuros que se encuentran en la UCI-N (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales), en los que el uso del chupete les ofrece la posibilidad de consuelo y reducción del dolor.


Antes de continuar quiero matizar que no es que nos usen de chupete, como a veces escuchamos. Sino que prefieren el original, la piel, el abrazo, a mamá. El chupete se inventó para sustituir al pecho. Por tanto es el chupete, el plástico, lo que se usa para sustituir a la mamá, la piel.

Somos los adultos quienes creamos esa necesidad hacia el chupete. A veces lo hacemos porque creemos que va en el pack de lo que necesita un recién nacido y otras porque necesitamos que el bebé satisfaga su necesidad de succión y contacto sin pecho y sin nuestra presencia.

El chupete se convierte así en un objeto transicional. Lo mínimo que podemos hacer entonces es respetar esa necesidad que hemos creado, no quitando el chupete de forma drástica. De esa manera el bebé no se verá privado de un día para otro de este objeto que necesita para calmarse, que le ofrece seguridad y consuelo.



Recomendaciones en el uso del chupete


- Si por el motivo que sea queremos ofrecer el chupete a nuestro bebé y este toma pecho es preferible esperar a que la lactancia esté bien instaurada. Es decir, que el bebé mame sin problema y la mamá no tenga molestias. Esto es para que no haya confusión tetina/pezón.


- La lactancia materna es protectora frente a la muerte súbita del lactante. Por otro lado, cuando el bebé es alimentado con leche artificial se recomienda el uso del chupete, para disminuir el riesgo de muerte súbita del lactante.


- No se recomienda el chupete para que el bebé aguante más entre toma y toma, ya que  la succión no nutritiva puede mandar la señal al bebé de haber comido. Esto podría reflejarse en bajo peso, por lo que hay que tener cuidado, sobre todo en los primeros meses de vida.


- No ofrecer al bebé el chupete durante todo el día, sino en ocasiones puntuales. Para conciliar el sueño, los trayectos en coche, o situaciones concretas donde le pueda ayudar a calmarse si no podemos estar presentes. La recomendación para evitar maloclusiones dentales es no usar el chupete más de 6 horas al día.


- Del mismo modo, pasado el año debe evitarse el uso de biberón por riesgo de mordida cruza posterior. Lo ideal es ofrecer la leche o cualquier otra bebida en vaso para que el bebé se vaya acostumbrando. De hecho es algo que se puede comenzar a hacer con la introducción de la alimentación complementaria.


- Si además de no abusar del chupete se deja alrededor de los dos o tres años los problemas dentales pueden ser reversibles.


- El chupete debe ser suave y flexible, de cuello fino y que la tetina no tenga forma de cereza.



Y entonces, ¿cuándo le quito el chupete? Pues lo ideal, para respetar el proceso y que el pequeño no lo pase mal es una decisión bilateral. Tener en cuenta el hecho de que el niño esté preparado para desprenderse de su objeto de apego.





Recomendaciones para que el bebé deje el chupete


- Tener en cuenta que será más fácil que el pequeño deje el chupete a partir de los tres años. A los tres años finaliza la etapa oral. Si ha satisfecho su necesidad de placer y succión en esta etapa podrá dejarlo con más facilidad.


- No ofrecer no negar. No vamos a ofrecer al pequeño el chupete sino que buscaremos otros medios para calmarle cuando haga falta. Pero tampoco se lo vamos a negar si lo pide porque insistiría aún más.


- Anticiparse a sus necesidades y buscar alternativas. Tenemos que buscar sustitutos para esos momentos en los que sabemos que nuestro hijo nos va a pedir el chupete y anticiparnos. Abrazos, caricias, masajes, cuentos, canciones, agua… El pequeño necesitará más aún que estemos presentes, paciencia y cariño.


- Si ya tiene cerca de tres años podemos hablar con nuestro hijo y sugerirle la posibilidad de dejar el chupete por la salud de su boquita, buscando soluciones conjuntas para que le sea más llevadero. A los tres años ya pueden entender explicaciones racionales, siempre adecuadas a su edad y con frases no muy largas.


- No hacerle sentir mal. Lo que no vamos a hacer es humillarle, llamándole le bebé, manipularle o mentirle. Como he dicho antes, es una necesidad creada por nosotros y es una necesidad real para él, de consuelo y seguridad. Si le ofrecemos confianza, seguridad y cariño será más fácil.



Conclusión

Si queremos ofrecer chupete a nuestro bebé es importante conocer las recomendaciones,  ofrecérselo en ocasiones puntuales y ser conscientes de las necesidades de nuestro bebé a la hora de querer quitárselo. Necesitará dosis extra de presencia, cariño y paciencia.


Cada familia tiene que valorar las causas por las que quiere quitar el chupete a su pequeño y los posibles riesgos, si los hay, de no hacerlo. De ahí la importancia de tener toda la información en la mano.




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Bibliografía:








lunes, 20 de abril de 2015

Biberón: Preparación y cómo ofrecérselo al bebé

La lactancia materna es el alimento diseñado específicamente para el bebé. No sólo le aporta todos los nutrientes que necesita, ya que la lactancia materna es un 5% nutrición y un 95% contacto, imprescindible para el desarrollo del bebé. Sin embargo, por diversos motivos, la alimentación de algunos bebés es la lactancia artificial.

No voy a entrar en los motivos por los que un bebé es amamantado con lactancia artificial, ya que estos pueden ser muy variados y todas las familias se merecen el mismo respeto. Mi intención es informarte, si has optado por la lactancia artificial, de cómo preparar el biberón sin riesgos para tu bebé y cómo ofrecérselo de la manera más afectiva y estimulante.


Cómo preparar el biberón sin riesgos para tu bebé:

Los polvos de la leche artificial no son estériles. Se ha visto que en las fábricas donde se producen no siempre se consigue eliminar la bacteria Cronobacter Sakazakii. Esta es la causante de infección de bebés menores de un año, especialmente recién nacidos, y con mayor riesgo en prematuros, con bajo peso o inmunodeprimidos. De hecho existen casos en los que la infección resulta mortal.

Para preparar un biberón lo primero es atender a las recomendaciones de la etiqueta en cuanto a la cantidad de polvos, según cantidad de agua. Lo segundo, y muy importante es calentar siempre el agua a 70º para eliminar la cronobacter sakazakii. El agua a utilizar puede ser agua corriente o embotellada.

Una forma fácil de hacerlo es dejar hervir el agua, retirarla de la fuente de calor y pasados unos cinco minutos echar los polvos y agitar. Antes de ofrecer el biberón al bebé hay que enfriarlo a una temperatura de no más 36º, que comprobaremos echándonos unas gotitas en la muñeca. Para enfriar el biberón podemos meterlo en un recipiente con agua fría.

Si no se va a dar el biberón inmediatamente al bebé se puede meter en le nevera por un tiempo no superior a 24 horas. Y en el caso de que el bebé no se tome todo el biberón lo que sobra siempre que hay que desecharlo.

Aquí puedes leer más acerca de la Enterobacter (cronobacter) sakazakii y otros microorganismos en los preparados en polvo para lactantes.




Cómo ofrecer a tu bebé el biberón de la manera más afectiva y estimulante:
(Información tomada de la web de Ibone Olza)

Si un bebé va a ser alimentado con leche artificial en biberón,  por la razón que sea, hay que facilitar que aunque no reciba la leche de su madre pueda tener al menos la estimulación e interacción que proporciona la lactancia y que tanto facilita el desarrollo saludable.

Dar el biberón como si fuera el pecho significa: 

- Alimentar a demanda. Ofrecer el biberón cuando de señales de hambre y retirarlo cuando de señales de no querer más, nunca obligar a tomar a la fuerza.

- Dárselo siempre en brazos, favoreciendo el mayor contacto piel con piel posible, especialmente las primeras semanas. Los bebés no amamantados siguen necesitando ser sostenidos en brazos durante las tomas durante años, por lo que eso conlleva de abrazos y caricias e intimidad.

- Cambiar de lado en cada toma o incluso en la misma toma, alternativamente.

- Intentar que sea sólo la madre la que dé el biberón, y si esto no es posible, intentar que sean sólo dos o tres personas, siempre las mismas, las que se ocupen de su alimentación. Durante los primeros años de vida los bebés pueden vincularse de forma segura a cuatro o cinco personas como máximo, en las primeras semanas de vida están iniciando ese proceso con la madre y como mucho con el padre, abuelos o hermanos.

- Aunque no reciba lactancia materna puede usar el pezón para consolarse igualmente. Si la madre no lo desea entonces se puede utilizar el chupete, teniendo en cuenta que es un sustituto del pezón que deberíamos darlo siempre en brazos (o se convertirá en un objeto transicional).

- Dosis extra de contacto piel con piel, colecho, masajes, porteo, cosquillas y caricias sirven para potenciar en el bebé la liberación de las mismas sustancias beneficiosas que produce la lactancia materna. Esto es especialmente importante para los bebés adoptados.

- Quitar el biberón igual que se produce el destete: sin forzar, cuando el niño o niña esté listo.           


¿Sigues estas recomendaciones cuando ofreces el biberón a tu pequeño?


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