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martes, 27 de diciembre de 2011

Nuestra experiencia personal no es generalizable


Soy de la opinión de que cuando alguien nos cuenta un problema o algo que le preocupa lo mejor que podemos hacer es escuchar, escuchar y escuchar. Sin emitir juicios y sin aconsejar, porque aunque es verdad que muchas personas necesitan que les digan lo que deben hacer el día que no se lo dicen se sienten perdidas. La mejor forma de ayudar es hacer sentir comprendido y acompañado a nuestro interlocutor, y si es necesario ofrecer algún tipo de información para ayudar a resolver el problema, que sea siempre objetiva y nunca basada en nuestra experiencia personal, porque esa es sólo nuestra y no tiene por qué ser aplicable a los demás, otra cosa es que nos pregunten directamente por lo que nosotros hemos vivido. Creo que de esa forma podemos hacer que la otra persona se sienta segura, más tranquila y con las herramientas necesarias para llegar por sí misma a la solución del problema, a la decisión que realmente le pide su corazón o a transitar las emociones que necesita para continuar su camino.

Por regla general gusta mucho contar nuestra experiencia como si fuese la única verdadera, la mejor, la única que funciona, y por la que tendría que regirse todo el mundo. Como si todos fuésemos iguales.


Mi intención era contar un consejo sobre lactancia materna que me dieron cuando la pitufa contaba con unos seis meses. Aunque al final me he salido un poco de contexto en mis divagaciones, viene al caso, pues lo que quiero transmitir es que no me parece que se deba aconsejar a nadie, y menos cuando no se ha pedido consejo, basándonos en nuestra experiencia personal.


Encontrándome en el herbolario al que suelo ir, hablando con la dependienta, salió el tema de la lactancia. He de deciros que me sorprendió su comentario, primero por tratarse de un consejo basado en una experiencia propia, y segundo porque, ingenua de mí, al tratarse de una persona que parecía tener una visión realista de la vida y que valora tanto lo natural, pensé que igualmente vería la LM como lo ideal. El caso es que al contestarla, a su pregunta de si le continuaba dando el pecho a la nena, que se lo daría hasta que ella quisiese, me contestó lo siguiente. Ella le había dado el pecho a su niña hasta los 10 meses porque le empezó a morder y por ahí si que no pasaba (aquí no me meto, esa fue su decisión), pero además me dijo, si le das pecho tanto tiempo luego se hacen muy dependientes, así que ten cuidado, que mi hija que ya está crecidita ha sido y sigue siendo muy dependiente de mí.

No se debería dar crédito a este tipo de afirmaciones, pero por desgracia así es como empiezan los mitos. Yo por mi parte no le hice mucho caso, aunque salí de la tienda algo desconcertada, quizás por la pérdida de confianza que me había producido esta persona con sus palabras.

Que un/a niñ@ pequeñ@ sea dependiente es lo más normal del mundo, demuestra que el vínculo con su madre es seguro. Que un adulto sea dependiente de su madre, a mí desde luego me indica algún tipo de trastorno emocional no resuelto con ésta. Pero lo que está claro es que ni uno ni otro son dependientes por haber tomado pecho. Nadie se hace dependiente porque le den lo que le corresponde y/o lo que necesita.

martes, 6 de septiembre de 2011

Intrusismo en la crianza

Contra el Intrusismo en la Crianza

Cuando una se convierte en madre se expone, sin comerlo ni beberlo, a una multitud de consejos, la mayoría mitos y leyendas, que le llueven desde todos los flancos. Imposible esquivarlos. Una entonces puede decantarse entre el ataque, la comunicación o la retirada. Y muchas veces, en mi caso, por cansancio ya, termino decantándome por esta última alternativa, el por un oído me entra y por otro me sale.

El único consejo que yo doy a las mamás primerizas es no hacer caso de ningún consejo, simplemente guiarse por su instinto e informarse bien.

El problema es cuando estos consejos nos vienen de instituciones o empresas que en principio gozan de nuestra confianza.


Louma, de Amor Maternal, ha tenido la iniciativa “Contra el intrusismo en la crianza” para que nos animemos a denunciar estos consejos que, proviniendo muchas veces de instituciones o empresas reconocidas, no tienen ninguna base científica y sin embargo no dudan en decirnos cómo tenemos que actuar en la crianza de nuestr@s hij@s.

Hace poco estuve haciendo limpieza de estanterías y me encontré con el montón de revistas que me dejaron cuando estaba embarazada. Iba a tirarlas todas, su anterior dueña me dijo que no las quería de vuelta, cuando me encontré con un volumen de Larousse del Bebé. No recordaba haberlo leído, creo que en su momento simplemente le echaría un vistazo por encima. Habla del embarazo, del parto y el bebé hasta el año de vida. Así que me puse a ojear y aunque en general, si bien es verdad que no lo he leído todo, es bastante “ilustrativo”, no han podido evitar soltar alguna que otra perla.


Antes de entrar a contaros lo que me parece denunciable de estos señores de Larousse, quiero hacer mención a algo que nos recomiendan y que me suena un poco, lo primero anticuado (el ejemplar es una 2ª reimpresión de 2008, no se si lo habrán actualizado, he mirado por Internet pero no lo parece) y lo segundo fuera de lugar, en mi opinión.

En la página 109:

Los últimos preparativos:

Para el padre:

- Llene los armarios y la nevera. Va a pasar al menos tres o cuatro días en la maternidad y se sentirá muy cansada cuando vuelva; el padre, por su parte, tendrá que seguir trabajando, visitarla y no le quedará demasiado tiempo para las cosas del hogar. Prepare, comidas para toda la familia o, en su caso, una lista de menús simples.

- Ayúdelo a que no se olvide de nada. Deje notas recordatorias por todas partes con las consignas de intendencia (regar las plantas, poner el cava en la nevera para la vuelta, etc.) o grábelas en una casete.

Para usted:

- Vaya a la peluquería. Es el momento ideal para cambiar de corte o de color y tener un aspecto estupendo en la maternidad. Además, después del parto no dispondrá de mucho tiempo.

- Busque un fisioterapeuta. No es demasiado temprano para pensar en volverse a poner en forma...

Dejando al margen la falta de actualización. En el primer caso creo que no han tenido para nada en cuenta el papel del padre, fundamental por cierto. Es él quien tiene que encargarse de las tareas del hogar, y de cuidar y ayudar a la madre, para que ésta pueda ocuparse del bebé. Que no es mala idea dejar unos tuppers en el congelador, pues claro que no, pero una cosa es una cosa y otra...

Y en el segundo caso, no se las demás pero yo lo que estaba deseando era encontrarme con mi bebé en mis brazos, no preocuparme por si estaría o no monísima para recibir a las visitas. Y lo del fisioterapeuta… desde luego mis prioridades eran otras.


Y ahora sí, quiero dejar constancia de cómo pretenden que actuemos con nuestro bebé. Parece ser que tienen un gran problema con el tema del sueño, porque sólo he visto esa recomendación cuando se trata de este tema: “Déjenlo llorar”, tal cual.

Nos están diciendo que no prestemos atención a las necesidades de nuestr@s hij@s, que no respetemos sus necesidades. Aquí os dejo algunos párrafos:

Página 193:

El sueño. El lactante hasta los 6 meses.

El niño se adapta mejor a la nueva vida si se le proporciona sensación de seguridad. Unos cuantos principios básicos sirven para crear las condiciones adecuadas:

- Cama o cuna confortables. El bebé pasa echado muchas horas y el capazo, tan agradable, pronto se le quedará pequeño. Al niño le gustar reconocer el color, el olor y la forma de su cama. Le encantará contar con algunos elementos que se convertirán en un universo familiar y divertido: algunos peluches, un móvil, etc.

- No cambiarlo de cama. Si se le pasa a otra habitación para mantenerlo tranquilo, conviene llevarlo a su cuna para que conserve los puntos de referencia. Del mismo modo, en las salidas de fin de semana o de vacaciones, es aconsejable llevar la cuna plegable, que se ha convertido en algo familiar.

- Cogerlo en brazos tras las tomas. Echado sobre su madre o acurrucado en brazos de su padre, recupera las voces, los olores y los gestos que lo tranquilizan. Pero hay que separar los mimos del adormecimiento para que aprenda a dormir solo en la cama.

Déjenlo llorar

De vuelta en la cama tras los mimos posteriores a la toma, si todavía no lo ha hecho, puede dormirse a costa de algo de llanto. Hay que dejarlo llorar: es su forma de adquirir el sueño. Evidentemente, debe comprobarse que no le incomode nada, que no tiene demasiado calor y que va limpio, pero no hay que volverlo a coger en brazos si los lloros persisten, pruebe a tocarlo con la mano para tranquilizarlo mientras le dice algunas palabras o le canta una canción de cuna, pero sin estimularlo demasiado; acabará por dormirse. No conviene que la madre lo lleve a su cama por la noche, ya que podría quedarse dormida antes de volverlo a poner en la cuna, con el riesgo de dañarlo sin querer.

L@s niñ@s no tienen por qué pasar tanto tiempo echados, podemos tenerlos encima, donde además estarán más a gustito. Y será nuestro olor y nuestro calor lo que les guste sentir.

¿Los puntos de referencia? El mayor punto de referencia para un bebé es su madre. ¿Una cuna de viaje que utiliza de vez en cuando se convierte el algo familiar?

Y entonces llegan las palabras, que pretenden ayudarnos, y que en realidad sólo muestran una falta total de respecto hacia el bebé y hacia los padres, por intentar hacernos creer que es lo mejor para nuestr@s hij@s, no atenderles cuando nos necesiten.

Al leer lo de “acabará por dormirse” no se si me dan ganas de reír o de llorar. Si, acabará por dormirse, resignad@ porque nadie le hace caso y agotad@ por el estrés sufrido. Y por último nos dejan muy claro que no están a favor del colecho, por si le dañamos sin querer, como si les importase que dañemos a nuestr@s hij@s aposta con nuestra indiferencia hacia su llanto (su llamada).


Unas páginas más adelante, hablándonos otra vez del sueño, esta vez del bebé de seis meses al año, páginas 217:

Sigue llorando por la noche

A partir de los seis meses, algunos niños duermen peor. Sin duda, es necesario comprobar que no haya ningún problema (que esté limpio, que no tenga demasiado calor, etc.) pero, una vez realizadas estas comprobaciones hay que resistirse al deseo de cogerlo y de darle algo de beber o de comer. Y continúa.

Habría que saber qué es dormir peor para ellos. ¿Despertarse más por la noche?

Si mi hija se despierta por la noche y llora, llorará más si tardo en cogerla. Y lo mejor para calmarla y que continúe durmiendo, normalmente no llega ni a llorar, es ofrecerle el pecho (que le tiene junto a ella), del que mamará un poco y continuará tranquilamente durmiendo.


Así que no se a vosotros pero a mi todo este tema del sueño me recuerda a método Estivill. Yo les aconsejarían que se leyeran “Dormir sin lágrimas” de Rosa Jové, para que sepan los daños que produce dejar llorar a un/a niñ@. Para terminar os lo vuelvo a recordar (ya lo he comentado en otras ocasiones):

Si no atendemos la llamada del bebé o niñ@ se producirá un aumento de la adrenalina y el cortisol (este mata neuronas). El sistema emocional se colapsa y el área del lenguaje queda anestesiada. En ese estado no puede entender nada, por mucho que nos empeñemos en decirle que todo irá bien. Como el cerebro no aguantaría esto, secreta endorfinas y serotonina, con lo que el/la niñ@ cae rendid@ y se duerme. Pero no hay que confundir esto con que el método haya funcionado y haya aprendido algo, todo lo contrario, el/la pequeñ@ está autodrogad@. Y con el tiempo dejará de protestar porque se dará cuenta de que no sirve de nada, pero los niveles de cortisol seguirán por las nubes, porque seguirá estando asustad@. El cerebro del/a niñ@ a esas edades no está preparado para gestionar su bienestar, y un estrés constante conduce a la depresión, ansiedad y consumo de alcohol en la edad adulta.





martes, 30 de agosto de 2011

Premios y un vídeo maravilloso


Lo he ido dejando y se me han ido acumuland
o. Desde luego no será porque no me hagan ilusión. Cada vez que alguien piensa en mí para alguno de estos premios que circulan por la blogosfera maternal me siento muy halagada. Gracias.

No se si se me olvidará alguno, espero que no.


De parte de Albertina del blog De chupetes y babas:

También me ha concedido el premio "Super mamá", que ya tenía, pero que me hace la misma ilusión.


De parte de Cocolina del blog Buceando en mí:

De verdad espero y deseo estar criando una niña feliz.


De parte del blog Por fin, Yo misma:

Procuro siempre ser consciente de todo cuanto acontece en mi interior y de todas las necesidades de mi hija. Creo que es básico en una maternidad consciente.


Este premio me viene por partida doble, de parte de Carol del blog Con ojos de madre y de Silvia del blog Ser madre: ¡toda una aventura!:

Siete cosas sobre mí...

- Tengo un miedo atroz a las alturas.

- Me encantan las tormentas, con sus rayos y truenos.

- Nunca quise tener hij@s. Ahora no podría vivir sin mi pitufa.

- Soy muy vergonzosa, aunque quien me siga creo que ya lo sabe.

- Tengo tantas aficiones que se me olvidan, ja, ja.

- He bailado un par de veces danza del vientre en un escenario. Hace mucho ya.

- Me encantaría montar mi propio negocio para poder estar con mi hija.


Quiero dejar estos premios para quien los quiera coger.


Además quiero dejaros un regalo. Es un vídeo que me encanta. Hace ya bastante tiempo que lo conozco y lo veo de vez en cuando. Siempre me emociona verlo, soy así de sensible, mira, otra cosa más sobre mí. Hace poco, Tamara, del blog Carrusel de Sofía me lo recordó, y se me ha ocurrido compartirlo también aquí.



martes, 22 de febrero de 2011

Preguntas que me dejan patidifusa

No me acostumbro a que todo el mundo opine sobre mi niña, y lo que es peor, todos sepan lo que le pasa (aunque se contradigan unas opiniones de otras), o lo que debes y no debes de hacer. Pero como si hablo de todas estas afirmaciones no terminaría nunca, voy a hablar hoy de las preguntas que a veces nos hacen a su padre y a mí. Preguntas que me hacen preguntarme (valga la redundancia) si contestar o simplemente pasar del tema.

¿Es buen@? ¿Se porta bien?

Ya se que es una pregunta típica, pero debe ser que soy una mamá atípica, porque ni hago nunca esta pregunta a otras mamás ni sé qué contestar cuando me la hacen.

Pues si… lo normal, suelo contestar ¿Pero qué tiene que hacer un bebé para ser malo o portarse mal? ¡Ah, ya! “Mi nieto es malísimo, no para de llorar”, es lo que me comentó un día una vecina. Pobre, algo le pasará, pensé yo. El problema como siempre es de los adultos, l@s niñ@s no saben expresarse de otra manera. Un bebé es una personita con sus necesidades, no un muñequito que cuando “moleste” pretendamos que actúe a nuestro antojo.

¿No le dais ninguna ayuda?

Esta pregunta nos la hicieron cuando Minerva apenas tenía dos meses. La verdad es que no me molestó porque se que está muy extendida la idea de que con la teta parece que se van a quedar con hambre. De hecho ya he oído varias veces lo de que dejé de darle el pecho porque se quedaba con hambre. Ya me imagino la situación. Así que achaqué la pregunta a la falta de información. Espero que viendo como sigue la nena se den cuenta de que con la teta le basta hasta los seis meses, creo que algo así contesté en su momento.

¿Y que tal duerme?

Bien… lo normal, se despierta para comer, a veces se desvela y tarda un poco en dormirse, pero vamos, LO NORMAL, contesto. Como era de prever, a veces, tienes que aguantar otra pregunta, ¿pero todavía no te aguanta toda la noche? Entonces me dan ganas de recomendarles “Dormir sin lágrimas”, para que se informen bien.

¿No le ponéis chupete?

NO, tajante. Y está claro que si no se lo hemos puesto no se lo vamos aponer ahora. Como si el chupete fuese una necesidad básica y no un mero sustito de plástico del pezón. Entonces tienes que oír, con ese aire de yo lo se todo, que l@s niñ@s que no utilizan chupete se meten las manitas a la boca: tod@s se meten las manitas en la boca.

¿Come bien?

Esta pregunta me la hicieron hace menos de una semana. Para quien no lo sepa mi niña tiene cinco meses y toma leche materna exclusivamente, y tan sana y hermosa que está, por si alguien lo duda a la vista está. Así que me quedé mirando a mi interlocutora como interrogándola también a ella qué que era exactamente lo que me quería decir ¡Mandé! Contesté con un tímido sí. A ver, la niña come lo que quiere cuando quiere y donde quiere, A DEMANDA. Come mejor que tú, me hubiese gustado contestarle, porque come lo que necesita, ni más ni menos.

¿Y no analizan la leche?

Esta pregunta se lleva la palma. Imagino que se debe a la creencia de que existe la mala y la buena leche, de hecho alguna vez me han dicho (no se si intentando halagarme o qué) que mi leche era buena. Pero no pude evitar mosquearme, porque parece que queda en entredicho que lo que por naturaleza yo puedo ofrecerle a mi bebé tenga algo malo ¿Pero no está viendo a la niña, de verdad puede creer que le falta algo o está malalimentada?

Sé que según vaya pasando el tiempo tendremos que ir lidiando con nuevas preguntas. No se si contestar lo que realmente me apetece o quedarme muda, que eso también dice mucho.

martes, 30 de noviembre de 2010

Consejos

No sabía cómo empezar, así que voy comenzar por los consejos.

Se que la gente cuando los da lo hace con la mejor intención (normalmente), pero no se dan cuenta de que nadie tiene la verdad absoluta, lo que vale para ellos y su bebé puede que no valga para nosotros. Tampoco creo que sean conscientes, que en el gran alubión de consejos que se nos echa encima ya durante el embarazo, aunque incrementado aun si cabe tras el parto, de lo contradictorios que pueden llegar a ser unos consejos de otros según de quienes vengan (incluso viniendo de médicos o enfermeras).

Y claro, lo peor es cuando te dan un consejo con el que no estás para nada de acuerdo, es decir, por ejemplo:

“Con lo listos que son, no lo vayas a coger mucho, que luego se acostumbran”. ¡Vaya!, con lo listos que son y ni saben hablar ni valerse por sí mismos, vamos, que dependen totalmente de nosotros. Un bebé puede llorar por mil motivos, hambre, sueño, soledad… y si cogiéndole le voy a acostumbrar a que cuando me necesite voy a estar ahí para consolarle, pues sinceramente, me trae sin cuidado que se acostumbre a recibir cariño. Lógicamente sería mas fácil si pudieran decirnos ‘mama, lloro porque dentro de ti estaba muy a gustito, y ahora aquí fuera te echo de menos’ (esta frase la oí en una de las reuniones de la liga de la leche, de la que ya hablaré en otra ocasión).

“Ponte la epidural, es lo mejor que han inventado”. Desde luego ahí está para que el parto sea más llevadero, si es que la necesitamos. Pero no me parece recomendarla como si fuese la panacea, con la cantidad de contraindicaciones que tiene, tanto para la madre como para el bebé. Creo que primero hay que informarse y luego decidir por uno mismo. Y que conste que aunque yo iba con la idea de no ponérmela después de 16 horas no aguanté más, muy a mi pesar.

Otra cosa sería que estuviésemos en un intercambio de opiniones, y ahí cada cual dirá lo que le ha ido mejor o piensa que es más aconsejable. Pero de los consejos que hablo son esos en lo que te están diciendo haz esto o no hagas lo otro, porque ellos saben perfectamente de lo que están hablando, y claro, como se supone que tu eres un lobato…

Lo siento, pero si no los he pedido… quizás peco en demasía en que no me guste que me digan lo que tengo que hacer. Porque cuando tengo dudas me informo y soy yo la que pregunto, procurando que sean fuentes de confianza para mí, o de lo contrario procuro contrastarlo.

De todas formas, que conste, agradezco a quienes han intentado con toda su buena intención ayudarnos.