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lunes, 1 de octubre de 2012

Mitos en torno a la lactancia materna



Ya que esta semana se celebra en España la Semana de la Lactancia Materna, quería aportar mi granito de arena hablando de los mitos en torno a ésta. Son muchos, por desgracia, los mitos con los que me he encontrado, en mi formación de asesora de lactancia, leyendo, en cursos, escuchando a otras madres e incluso de mi propia experiencia, de ahí el fracaso en ocasiones de la lactancia y de los prejuicios que la rodean y que afectan a las familias que deciden dar el pecho, y especialmente si lo hacen más allá del tiempo estipulado como normal.

Como son tantos no voy a extenderme mucho, si alguien quiere o necesita alguna explicación más detallada estaré encantada de dársela.



Mitos en torno a la lactancia materna:

1 - La madre no tiene suficiente leche ya que el bebé no deja de pedir pecho. El pecho no es sólo alimento.

2 – Algunas mujeres no producen suficiente leche. La verdadera hipogalactia sólo ocurre en el 2%, aproximadamente, de las mujeres por causas concretas. La producción de leche depende de las veces que el bebé esté al pecho.

3 – Los bebés deben mamar cada tres horas y diez minutos de cada pecho. El fijar horarios suele conducir al fracaso de la lactancia. La lactancia materna es a demanda, sean 30 minutos al pecho, a los cinco minutos de haber mamado, de día o de noche.

4 – Es normal que te salgan grietas y que duela. Aunque puede haber molestias iniciales nunca debe doler, eso es señal de que debemos cambiar de postura. Si con el cambio de postura no notásemos mejoría habría que considerar otras causas, pidiendo ayuda si fuese necesario.

5 – Las mujeres con pezones planos o invertidos no podrán amamantar. El bebé mama del pecho no sólo del pezón. Si bien es verdad que en ocasiones, no siempre, se precisa de más atención, para nada los pezones planos o invertidos son incompatibles con la lactancia.

6 – La cesárea imposibilita la lactancia. Lo que dificulta la lactancia es la separación inmediatamente tras la cesárea, pero no esta en sí. Con una estimulación adecuada y poniéndonos al bebé al pecho en cuando podamos ayudaremos a establecer la producción necesaria.

7 – Hay que dejar de dar el pecho si la madre necesita tomar medicación. Podemos pedir que nos receten una medicación compatible con la lactancia. En la página www.e-lactancia.org podemos consultar la compatibilidad de los medicamentos con la lactancia materna.

8 – Una madre que da el pecho debe tomar muchos líquidos, entre ellos leche de vaca. Una madre lactante beberá lo que tenga sed y por supuesto no necesitará beber ni una sola gota de leche para producir leche, para eso sólo tendrá que amamantar a demanda.

9 – Una madre que da el pecho debe de abstenerse de comer ciertos alimentos, como el ajo, para que el bebé no rechace el pecho por su sabor. Si habitualmente comemos variado el bebé estará acostumbrado a los cambios de sabor de la leche, cosa que además le ayudará (estará familiarizado con los sabores) cuando comience con la introducción de la alimentación complementaria.

10 – Una madre que da el pecho debe tener cuidado con los alimentos que produzcan gases, para no pasárselos al bebé. Lo gases se producen el intestino no en el pecho de la madre, por lo que sería imposible pasárselos al bebé.

11 – Una madre fumadora no debería dar el pecho. Está claro que no debería fumar, por su bien y el de su bebé. Pero ya que fuma, mejor será si amamanta al bebé que si no lo hace.

12 – Dar el pecho hace que se te caiga el pelo. Tras el parto y durante un periodo mas o menos largo a todas la mujeres parece que se nos cae más el pelo, demos o no el pecho. Eso es porque durante el embarazo el pelo no se ha caído como sería lo normal.

13 - Amamantar descalcifica los huesos y produce osteoporosis. Según estudios científicos ocurre lo contrario, que la lactancia materna previene a la madre de sufrir osteoporosis.

14 – Amamantar produce la caída del pecho. Es durante el embarazo cuando se produce un cambio en la forma y el volumen de las mamas. Y por supuesto el paso del tiempo, seamos o no madres, demos o no el pecho.

15 – Una mujer con pechos pequeños no puede producir suficiente leche. La leche se produce en el tejido glandular, no en el tejido graso externo.

16 – El bebé amamantado necesita tomar agua si hace calor. Si se amamanta a demanda el bebé no necesita tomar nada más que no sea pecho hasta aproximadamente los seis meses.

17 – Hay ciertos alimentos, como la cerveza, los cominos, etc, que ayudan a producir más leche. Sólo los galactogogos ayudan a producir más leche, pero deberíamos preguntarnos para qué necesitamos producir más leche, si lo único que necesitamos para ello es poner al bebé más al pecho. Quiero matizar que no hay estudios científicos que demuestren que los llamados remedios naturales (plantas) puedan considerarse galactogogos, y que además hay que tener especial cuidado ya que estas también tienen otros efectos.

18 – Hay que dejar de dar el pecho si nos volvemos a quedar embarazadas. Son muchos los profesionales que recomiendan esto con la justificación de que podemos sufrir contracciones. Pero a no ser que la madre necesite reposo no suele recomendarse a las parejas que dejen de practicar sexo durante el embarazo, y es que el orgasmo también produce contracciones.

19 – El trabajo y la lactancia son incompatibles. Qué mejor manera que el pecho para reencontrarse madre y bebé después de unas horas separados. Cada familia encuentra la mejor forma de organizarse.

20 – A partir de cierta edad del niño la leche de su madre ya no le alimenta. La leche materna se adecua a la edad del niño y es rica en multitud de nutrientes y en anticuerpos.

21 – A partir de cierta edad del niño llega un momento en que la madre se queda sin leche. Mientras el niño continúe mamando la madre continuará teniendo leche. Como siempre la producción dependerá de lo que mame el niño.

22 – La lactancia materna en niños mayorcitos es perjudicial para la formación de su boca. Todo lo contrario, ayuda a la correcta formación de la mandíbula y la expansión normal del paladar.

23 -  Dar el pecho a demanda puede malcriar al bebé. Los bebés no piden lo que no necesitan. Dar el pecho a demanda es cubrir todas las necesidades del bebé.

24 – El bebé usa a la madre de chupete, maman por vicio. El chupete es un invento de plástico para sustituir a la teta, lo que necesitan precisamente es teta y no chupete.

25 – Dar el pecho es una esclavitud. Está claro que si una madre piensa esto es mejor que deje de dar el pecho, aunque antes quizás sería recomendable que reflexionase sobre qué es exactamente lo que le molesta. Esclavitud es depender de biberones y polvos.

26 – Una madre deprimida o ansiosa no debería dar el pecho, ya que no es bueno para el bebé. Dar el pecho ayuda a una madre deprimida o ansiosa a recuperarse, ya que al dar el pecho produce oxitocina, además de lo que puede ayudarle establecer esa relación con su bebé. Por otro lado la lactancia contrarresta ese estado de la madre en el bebé.

27 – Los bebés de pecho duermen peor que los que toman biberón. Por un lado la leche artificial se absorbe peor, con lo que tardan más en digerirla y pareciera que se sacian más y por otro la leche materna contiene triptófano, que les hace conciliar el sueño. No es la alimentación lo que hace que un bebé o niño se despierte más o menos por la noche.

28 – Si la madre tiene mastitis debe dejar de dar el pecho. Todo lo contrario. El mejor remedio para la mastitis (junto con medicación si fuese necesario) es poner al bebé o al niño al pecho.

29 – No se recomienda a una madre lactante realizarse tatuajes mientras dure la lactancia. Las moléculas de tinta de los tatuajes son demasiado grandes y por tanto no pasan a la leche materna. Lógicamente, estemos o no lactando, pediremos que tanto el tatuador como el local cumplan con unas condiciones de higiene.

Seguro que se os ocurren unos cuantos más, si es así os animo a compartirlos.


Si tienes alguna duda puedes escribirme a info@soniandoduendes.com. Si lo que necesitas es una asesoría, ya sea online o a domicilio puedes ponerte en contacto conmigo en el ese mismo mail.


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jueves, 16 de agosto de 2012

Ibone Olza - El placer de la lactancia prolongada


La semana pasada tuve el placer de escuchar por primera vez a Ibone Olza en la charla “El placer de la lactancia prolongada” que organizaba la asociación Entre Mamás. Como ella misma se describe, Ibone Olza es siquiatra infanto-juvenil y perinatal, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid, investigadora y escritora, además de madre de tres hijos.

La verdad es que me supo a poco y es que en una hora un tema como este se queda corto de tiempo. Aún así me encantó poder escuchar a esta gran mujer, que tanto lucha por el bienestar infantil y maternal, el parto y la lactancia.

Ibone comenzó con lo que sería la edad normal del destete. Según la antropología la edad natural del destete estaría entre los dos años y medio y los siete años, esas serían lactancias normales y fisiológicas. Por lo tanto, todo destete anterior a esas edades tendría que ser considerado destete temprano, y habría que ver qué secuelas se producen en esos destetes antes de tiempo (sean por el motivo que sean).

“La lactancia artificial es el experimento más duradero, sin grupo de control ni consentimiento informado en la historia de la medicina” Frank Oski

Sabemos de los efectos a corto plazo de la lactancia artificial, pero qué sucede con los efectos a largo plazo. Un cambio en la alimentación de una especie debe tener sus consecuencias. Es algo que llevo tiempo planteándome, se oye mucho decir eso de “esas enfermedades antes no existían (o no estaban tan extendidas), todo es por culpa de la contaminación”, hasta yo creía eso hasta que me convertí en madre y empecé a leer sobre lactancia materna y lactancia artificial. Realmente, como Ibone, creo que deberían llevarse a cabo estudios sobre los efectos a largo plazo en nuestra especie no sólo de la introducción de la lactancia artificial, sino de ese cambio de alimentación (desdeñando el alimento diseñado exclusivamente para el ser humano) sin experimentación previa, justo cuando más vulnerables somos y todos nuestros sistemas y nuestro cuerpo está en plena formación y desarrollo. E incluso, proponía Ibone, estudios sobre el reequilibrio de la salud de la propia madre lactante.

Todo lo que sucede los primeros años programa la salud futura. A mayor duración de la lactancia mayor beneficios para madre e hijo, incluso para la sociedad. De hecho no es hasta los 6 ó 7 años cuando madura el sistema inmunológico

Es increíble el punto al que llegaban, y todavía continúan haciéndolo, algunos psicólogos al tachar, sin ningún fundamento científico, a las madres lactantes de pervertidas, de empeñarse en lactar para evitar la intimidad con la pareja, o para favorecer la dependencia del hijo o incluso el abuso sexual de los hijos. Esas afirmaciones provenientes de supuestos expertos han hecho mucho daño, convirtiéndose en falsos mitos, a la lactancia materna, poniendo en el punto de mira a mamás y niños que deciden prolongar la lactancia más allá del tiempo socialmente aceptable.

Puso un par de ejemplos de estudios sobre lactancia prolongada. La Dr. Karleen Gribble (enfermera australiana) en un estudio a 107 mujeres lactantes y sus hijos, llegó a la conclusión de que la mayoría de estas mujeres no se habían planteado amamantar durante tanto tiempo, de hecho muchas habían tenido problemas al inicio de la lactancia y les parecía raro cuando sabían de niños mayorcitos amamantados, pero fue precisamente eso, el ver a otras madres lactar a bebés y niños grandes y el placer de la lactancia con sus hijos lo que les llevó a continuar. Kathleen Kendall, en un estudio sobre las consecuencias sociales sobre la lactancia prolongada destacó el estigma social al que son sometidas muchas veces estas madres.

En las preguntas que se hicieron al final salieron también temas interesantes como la agitación del amamantamiento, algo por lo que no todas las madres lactantes pasan, pero también algo que no todas las madres lactantes conocen incluso cuando les sucede. Es un tema que me gustaría tratar con detenimiento en otro post, pero si os interesa leer sobre ello os invito a leer la experiencia de María M., en su blog Crianza con Apego, aquí.


A pesar del poco tiempo la conclusión fue clara, hay que visibilizar la lactancia prolongada, salir del armario. Es la manera de que se vea, de que otras madres lo vean y aprendan, porque muchas mujeres poco o nada han visto sobre lactancia materna. Hacer que se visualice la lactancia prolongada es la mejor forma para lograr que esta sea vista como habitual y normal, porque realmente lo es.