Mostrando entradas con la etiqueta Formación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Formación. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de marzo de 2014

¿Qué aporto a la sociedad?

Hoy quiero hablar de mí, de cómo concibo la vida y de cómo puedo aportar mi granito de arena.

Como la mayoría ya sabéis, me llamo Carol  y tengo una niña de tres años y medio, que es el origen de todo esto, el blog, mi emprendimiento, mi formación, mi pasión por la maternidad y la crianza, y todo el aprendizaje que he ido acumulando desde entonces.

  
No concibo la crianza si no es con amor, respeto y humildad. Amor sin pedir nada a cambio, sin chantajes emocionales. Respeto siempre, porque nuestros hijos, como nosotros, se merecen el mayor de los respetos, por el hecho de se personas y entre otras cosas porque dependen absolutamente de nosotros y somos su modelo a seguir. Humildad porque nuestros hijos son quienes saben perfectamente lo que necesitan en todos los sentidos, y son muchas las cosas que aprendemos de ellos si no vamos con la idea de que sólo nosotros como adultos tenemos la razón y lo sabemos todo ya de antemano.

De la misma manera tampoco concibo que a la mujer se la trate, en ocasiones, como una niña durante el embarazo y/o el parto, sin darle opciones, haciéndola creer que no saber parir, que lo más seguro es que llegado un punto se quede sin leche o esta ya no alimente a su bebé, o que necesite los consejos de algunos mal llamados expertos que saben mejor que ella o su bebé lo que este necesita o cómo tiene que comportarse. Madre e hijo están preparados para parir y para nacer, sus cuerpos están diseñados para ello, igual que están diseñados para lactar.

Tampoco puedo dejar de concebir una crianza y una educación basados en el respeto de los ritmos del niño y en la aceptación del niño tal y como es sin pretender cambiarle.

Por eso, después de todo lo que he ido aprendiendo durante mi maternidad y la crianza de mi hija, el conocimiento que he ido adquiriendo en cada una de mis formaciones y lo que aprendo cada día de otras familias (el saber no son sólo datos, no hay nada más enriquecedor que el conocer las diferentes experiencias de otras familias), estoy más que segura de lo que quiero hacer en la vida.


- Quiero que la mujer llegue a su parto confiando en su cuerpo, informada, sabiendo que es un proceso natural, fisiológico y que puede decidir por ella misma con la información en la mano.

- Quiero que madre e hijo puedan iniciar su vínculo y su lactancia desde el momento del parto, sin que nadie tenga derecho a separarles, a no ser por una necesidad vital, que no pasa por las pruebas de rutina que se hacen al recién nacido o por un nacimiento prematuro con un bebé estable.

- Quiero que las familias disfruten del contacto entre ellos, especialmente durante los primeros años de vida del bebé, porque el contacto físico por ser placentero es precisamente lo más estimulante para el crecimiento y desarrollo del bebé.

- Quiero que las familias con alguna necesidad especial, ya sea de los papás o de sus hijos, tengan los mismos derechos que cualquiera a tener un parto respetado y una crianza placentera, disfrutando del contacto con sus pequeños.

- Quiero que las familias sean conscientes de las necesidades de sus hijos, y de los ritmos y procesos biológicos normales del desarrollo de sus pequeños, para que puedan estar tranquilos y disfruten de su crianza.

- Quiero que las familias que por desgracia sufran una pérdida gestacional o perinatal, sean tratadas con respeto, empatía, reconociendo esa pérdida y ofreciéndoseles opciones para sobrellevar su duelo de una manera más sana.

- En definitiva, quiero que las mujeres se den cuenta de que ellas saben, ellas pueden, y lleguen empoderadas a sus partos y sus maternidades.


Por todo esto, mi proyecto de vida es ofrecer información, sostén y apoyo a aquellas  mujeres, madres o familias que lo necesiten. Por eso he querido formarme como Asesora en Maternidad y Crianza. Porque creo en un mundo mejor, porque quiero un mundo mejor, y deseo aportar mi granito de arena.


Si quieres ponerte en contacto conmigo lo puedes hacer aquí

domingo, 9 de marzo de 2014

Jornadas Continuum

Hace un par de semanas tuve el placer de asistir a las Jornadas Continuum “Porteo No Hiperpresivo”, donde no sólo pude poner piel a algunas de las formadoras y de mis compañeras, sino que también asistimos absortas a todos y cada uno de los talleres y charlas: Higiene postural, fisioterapia respiratoria, Porteo no Hiperpresivo, profesionalización de nuestro desempeño como asesoras y mucho más. No puedo dejar de resumiros este día aunque sea brevemente.

Fue un día muy intenso, no sólo por el aprendizaje sino porque fue un día lleno de emociones y reencuentros. A muchas de mis compañeras y a algunas formadoras ya tenía el gusto de conocerlas en personas, pero a otras no, y el poder tocarnos y charlar frente a frente es algo increíble después de todo este año viéndonos únicamente online. Aún así echamos de menos a parte importante de la formación que no pudo asistir ese día.



Decir que me encantó el taller (teórico y práctico) de Sonia Campra, sobre higiene postural, es quedarme corta, y eso que no era la primera vez que tenía el gusto de escucharla. No se trata sólo de tener conciencia postural a la hora de portear, sino en el día a día, y hagamos lo que hagamos, puesto que todo influye, y una mala higiene postura deriva en múltiples dolencias. Deporte de impacto, deportes donde nos machacamos el cuerpo entero además del suelo pélvico creyendo que lo hacemos para estar en forma, dolores y contracturas, estar sentados durante muchas horas, posturas que desequilibran el cuerpo... y así podría seguir. No tenemos ninguna consciencia postural y así nos va. Y esto no sólo es algo a tener en cuenta para los adultos sino que es algo que se debería “enseñar” desde la niñez, aunque en realidad lo que hacemos con los niños es empujarles a desaprender posturas y movimientos correctos y acordes con nuestra fisiología. Por eso os recomiendo que si estáis pensando en hacer ejercicio o apuntar a vuestros hijos a algún deporte, ya sea fútbol, aerobic, pilates, yoga, e incluso ejercicios hipopresivos, tengáis muy en cuenta que las personas que imparten esas disciplinas tengan conocimientos en higiene postural (cosa que por desgracia no es tan fácil de encontrar), además de tener en cuenta el tipo de impacto que pueden producir según que deportes en nuestro cuerpo.

Aprendimos mucho también con Jose Luis García Morales, fisioterapeuta especializado en fisioterapia respiratoria sin llanto y el diagnóstico motor precoz. A parte de incidir en la necesidad de saber derivar a tiempo cuando un bebé no está dentro de los parámetros normales del desarrollo (yo siempre digo que cada niño lleva su ritmo y que hay respetarlo, pero siempre teniendo en cuenta que está dentro de la normalidad), nos explicó cómo conseguir que el bebé o niño pueda respirar cuando tiene mocos, los problemas que puede derivar el uso del aspirador nasal y cómo tratar una bronquiolitis simplemente con fisioterapia respiratoria. Es tan sencillo que todos coincidimos en la ventaja de la fisioterapia respiratoria frente a los antibióticos, en la mayoría de los casos.

El taller práctico de porteo no hiperpresivo fue de lo más instructivo. Vimos qué anudados o qué formas de porteo y portabebés son menos hipepresivos, especialmente importante en el postparto, cuando el suelo pélvico se está recuperando o en mujeres que por el motivo que sea lo tienen más debilitado.

Por último se trataron varios temas: la invisibilidad de las mujeres con necesidades especiales, con movilidad reducida, con algún tipo de déficit cognitivo, etc, a las que se les niega la maternidad no sólo por el hecho de su “discapacidad” sino por el hecho de ser mujer; la profesionalización de nuestro cometido como asesoras y nuestro derecho a cobrar por ello, pues es nuestro trabajo, le dedicamos tiempo (mucho tiempo, que le quitamos a nuestra familia), dinero y formación, y todos sabemos que en nuestra sociedad los servicios que adquirimos se pagan con dinero (o en su defecto con otro servicio); y lo que significa ser asesoras, expertas, que no instruimos (no somos instructoras) ni aconsejamos, y por tanto no decimos lo que hay que hacer sino que ofrecemos información, apoyo y contención para que esa persona obtenga las herramientas necesarias para decidir y valerse por sí misma, sin depender de consejos ajenos.


Ya puedo decir que soy Asesora Continuum, Asesora Experta en Maternidad y Crianza. Pero mi formación no termina aquí. Una buena asesora tiene que estar al día y reciclarse, por eso seguiré en la formación continua, para poder ofreceros el mejor servicio


jueves, 21 de marzo de 2013

Demasiado ocupada, pero disfrutando

Hoy me paso por aquí sólo para compartir con vosotros un par de fotografías, que hicimos hace unas semanas cuando subimos a la sierra con nuestra pequeña. Queríamos que viese la nieve y pudiese jugar con ella a su antojo. Fue estupendo.

Este es un mini post, y es que ando muy ocupada con mi formación de Asesora Continuum, con la que estoy tremendamente emocionada, con próximas novedades para la tienda y por supuesto tratando de que todo este estrés no influya demasiado en mi hija.

Espero poder contaros pronto más cositas acerca de estos temas. Ahora os dejo con un par de imágenes.



viernes, 4 de mayo de 2012

Soy Asesora de Lactancia



A pesar del título que encabeza esta entrada me cuesta creerlo.

Muchos ya sabéis que el día 21 de abril finalizamos el curso de Asesoras en Lactancia Materna que impartía el Centro Raíces, una actividad de interés reconocida por la IHAN, en colaboración con las asociaciones Besos y Brazos y Parlacta.

Me ha dado mucha pena acabar este curso tan intenso, y es que voy a echar de menos, aunque fuese sólo una vez al mes, el pasar el día en compañía de todas esas estupendas mujeres (doulas, matronas y sobre todo mamás de grupos de crianza), aprendiendo de sus experiencias. Creo que todas tenemos cosas que aportar (aunque yo no soy de las que hablan mucho y hubo con quien me hubiera gustado intercambiar más palabras). Y aprendiendo por supuesto enormemente de esas maravillosas mujeres que hemos tenido como profesoras, gracias a todas, pero sobre todo tengo que agradecer a Kika ser la mujer que es, por transmitirnos su sabiduría de esa manera tan especial que sólo ella sabe hacer.

Por otro lado me siento orgullosa de haber terminado este curso, que me ha dado más herramientas para ser capaz de ayudar, dar apoyo o asesorar a cualquier mujer que tenga dudas en torno a la lactancia o a cualquier madre que se encuentre con dificultades al respecto.  

Reconozco que me da un poco de vértigo la responsabilidad que esto conlleva, claro que hay que saber hasta donde podemos llegar, ser sinceras con nosotras y con la persona que tenemos delante, y si nuestros conocimientos no dan más de sí, derivarla a alguien más experto en la materia. A raíz de esto tengo que decir que creo que es muy importante reciclarse y seguir formándose. 




El tema más difícil y sin duda el más duro que se trató fue el duelo, la pérdida de un hijo, la pérdida perinatal o del hijo ya nacido. Estoy más que segura de que ninguna de las que allí estábamos lo vivimos con indiferencia, porque de hecho lo que compartimos en aquellos momentos fueron muchas lágrimas de dolor, a pesar de que la mayoría no habíamos pasado por la muerte de un hijo. Es algo que esta sociedad acostumbra a esconder, porque no es agradable, no es cómodo ver a una madre desgarrada de dolor. No sabemos cómo actuar, qué decir, qué hacer, cómo acompañar, cuando lo único que podemos hacer efectivamente es acompañar, estar. Lo que desde luego no podemos ni debemos hacer es negar a una madre la muerte un hijo, aunque haya sido una muerte perinatal, y digo “aunque” porque parece que se tiende a darle menos importancia cuando se trata de un aborto. La muerte es un tema que nos cuesta tratar y mucho.

Algo que también me parece muy importante y que tampoco nos resulta fácil es cómo nos comunicamos. Oyendo por ejemplo a Bettina Gerbeau o a Kika parece que es muy fácil, pero cuando nos encontramos en situaciones en las que la persona que tenemos frente a nosotras, a pesar de necesitar ayuda, se encuentra a la defensiva, desconfiada, tiene ideas u opiniones muy contrarias a las nuestras, está nerviosa o asustada, o incluso no quiere nuestra ayuda, cuesta mucho poder llegar a comunicar lo que realmente queremos, sin juicios, sin ataques, sin dar por hecho ciertas cosas, tranquilas y sin inmiscuirnos más de lo que nos concierne. Es un aspecto que no sólo deberíamos trabajar para ser unas buenas asesoras sino para la vida misma.

Mi interés por realizar este curso vino desde el momento en que me convertí en madre y comencé a tener problemas con la lactancia materna, aquí podéis leer los inicios de nuestra lactancia. A pesar de que creí estar bien informada, fue luego cuando cayeron en mis manos libros como Un regalo para toda la vida de Carlos González y cuando empecé a asistir a reuniones de La Ligade la leche cuando me di cuenta de que la información que hay sobre lactancia materna es poca y en ocasiones la que hay es errónea o incompleta, debido a la cantidad de mitos que la rodean. Empecé a leer y a querer saber más, no sólo ya por mí y mi bebé sino por si mis conocimientos podían ayudar a otras madres, ya que a mi me hubiese gustado y ayudado tener a alguien cerca que hubiese podido resolverme tantas dudas. Aunque llegué al curso muy informada he aprendido muchísimo, y es que tener de profesoras a unas mujeres con una amplia experiencia y que además saben comunicar y transmitir eficazmente sus amplios conocimientos, hizo que cada momento del curso fuese único.

miércoles, 4 de enero de 2012

Ilusiones y proyectos


Tengo que decir que he comenzado el año por un lado muy ilusionada pero también bastante nerviosa, todo porque no paro de darle vueltas a un sueño, un proyecto personal que me gustaría convertir en realidad, pero para el que no dispongo del tiempo necesario para comenzarlo (mi pequeña buhita me demanda mucho todavía, aunque se entretiene sola algunos ratillos quiere que estemos con ella jugando; y no aguanta más de tres cuarto o una hora durmiendo sola, la tengo que coger para que conti
núe durmiendo su siesta, y por la noche hasta que nos acostamos nosotros lo mismo), y por otro lado me sobra mucha inseguridad e incertidumbre. Veo con alegría y un poco de envidia, cómo otras mamás blogueras dan el paso hacia esos maravillosos proyectos y eso hace que me anime a seguir en pos de mis deseos. Mi propósito es que no pase la primavera sin haber conseguido que este sueño se convierta en mi nuevo modo de conciliación.


Otra gran ilusión que venimos arrastrando cuatro mamás desde finales del año pasado, y que parece que en breve verá la luz, es un proyecto en conjunto para dar salida a nuestra experiencia y conocimientos como madres con el fin de compartir y dar apoyo en nuestra comunidad a todo aquel que se encuentre inmerso en el mundo de la crianza. Pensé que los Reyes Magos nos traerían este precioso regalo, aunque parece que tendremos que esperar unas semanas más. Pero seguro que en un par de semanas, o eso espero, os podré contar acerca del nacimiento de este deseado grupo.


En relación a este último proyecto, y porque desde que me convertí en madre ha sido algo sobre lo que necesitaba formarme, ya que aunque haya leído mucho el tener buenos maestros y saber donde encontrar información veraz y cercana era muy importante para mí, me decidí en noviembre a hacer un curso de asesora en lactancia materna. Mi cuerpo me pedía saber más, para mí, para mi hija, para otras madres y para la sociedad en su conjunto. Un curso que está cumpliendo todas mis expectativas y con el que estoy disfrutando cada segundo. En total son seis días enteros repartidos en un sábado al mes, y estoy deseando que llegue la siguiente clase, me aporta tanto y aprendemos tanto que cuando terminemos lo voy a echar de menos.


Así que aunque para mí el año nuevo nunca ha significado vida nueva, espero de corazón que en este año se cumplan todos vuestros sueños y todas vuestras ilusiones.

viernes, 15 de julio de 2011

Contribuyendo a la formación de los futuros pediatras

Hará cosa ya de dos meses se puso en contacto conmigo, y con otras madres, una monitora de La Liga de la Leche para pedir voluntarias, para colaborar en un curso para profesionales sanitarios sobre lactancia materna en un hospital de Madrid. Asistiríamos unas pocas madres para responder unas cuantas preguntas, para que de esa forma los futuros pediatras pudieran tener una idea más acertada sobre la lactancia, con casos reales, ya que de lo contrario la práctica tendrían que inventársela y llevarla a cabo entre ellos mismos.

Aunque estas cosas me dan mucha vergüenza, decidí asistir. Me hacía ilusión poder ayudar en la medida de lo posible. Como era la primera vez que iba pensé que sería una especie de charla de mano de un profesional a estos jóvenes y que luego nos harían alguna preguntilla.

Me dijeron que alguien vendría a buscarnos al hall de hospital. Cuando llegué pregunté en información pero ninguna de las dos personas que atendían allí tenía ni idea de lo que les hablaba. Luego empezaron a llegar las demás mamás, cuatro nos juntamos al final, con nuestros bebes. Dio la casualidad de que las conocía a todas, bien por los grupos de apoyo o por ser del barrio. Una de las mamás, que iba con su bebito y otro nene de dos años, nos dijo que ella ya había asistido más veces, y que nuestra presencia era algo extraoficial.

El caso es que cuando me quise dar cuenta estábamos ya por los pasillos internos del hospital, mientras nos explicaban que cada mamá pasaría a una salita con uno de los grupos de los futuros pediatras, para que les contásemos nuestra experiencia según nos fuesen preguntando. Me di cuenta entonces de que tendría que ser yo la que iba a estar hablando todo el rato que durase la práctica y, para que os deis cuenta de lo vergonzosa que soy, se me pasó por la cabeza decirles que había tenido una llamada urgente y me tenía que marchar.

Como persona adulta y responsable que me considero decidí quedarme, que ya soy mayorcita, y aunque lo pasé un poco mal los dos primeros minutos, luego me relajé y salí contentísima, por haber podido aportar algo en la formación de ese grupo de unos ocho o nueve jóvenes, que nos trataron tan bien a las dos y que estaban deseosos por conocer y saber.

Aunque a uno de ellos le tocó hacer de pediatra, realizando preguntas para supuestamente hacerle a la nena una historia, todos terminaron preguntando para aclarar dudas. Empecé informándoles de los meses que tenía la nena, si había tenido que llevarla al pediatra porque hubiese estado malita, cómo fue el parto, etc, para terminar contándoles los inicios en nuestra lactancia, que ya relaté en mi anterior post, cómo había sido la introducción de la alimentación complementaria, y qué tenía pensado hacer cuando empezase a trabajar (en mi caso, como todavía me queda para estar junto a la nena y ya va a ser mayorcita, no vamos a tener ningún problema con la lactancia).

Como os he dicho salí muy satisfecha y orgullosa de haber contribuido a que estos futuros profesionales tengan ahora ideas claras y conozcan casos reales sobre lactancia. Esa es la mejor manera de poder ayudar a otras madres y sus bebés, y esto debería hacerse siempre en todos los centros sanitarios.


Cambiando de tema, quiero agradecer a Carol del blog nuestrapequeñacria por pensar otra vez en mí y otorgarme el premio Supermamá!, además de las bonitas palabras que nos dedicó. Gracias también a Silvia del blog Ser madre: ¡toda una aventura! por la mención que nos hace también en su blog. Para recogerlo tengo que responder a la pregunta de qué es lo que me gusta de ser mamá.

Lo que más me gusta de ser mamá es compartir todos esos preciosos momentos con un ser tan maravilloso como es mi hija, incluso los no tan buenos, porque eso hace también que aprenda mucho de nuestra relación. Por eso, igualmente, me gusta todo lo que mi hija me está enseñando sobre ella, sobre la vida y sobre mí misma.

Como me suele ocurrir, por eso normalmente no hago mención a estos premios, no puedo otorgárselo a un solo blog, así que os lo dedico a todas las supermamás que me seguís, a todas las que me apoyáis con vuestros comentarios y a todas las que me enriquecéis con vuestros blogs.

viernes, 6 de mayo de 2011

Quiero profesionales formados e informados

En un grupo de apoyo se preguntó por qué hay tantas diferencias de diagnóstico entre unos pediatras y otros. La respuesta fue que hay pediatras que terminaron la carrera y ahí se quedaron, y otros que se han preocupado por seguir formándose.

Creo que debería ser obligatorio que personas que se ocupan de la salud de otras se reciclen y se pongan al día de los nuevos estudios y nuevas evidencias.

Hace unos meses una conocida tuvo un bebé prematuro. Todo fue estupendamente y antes de que nos diéramos cuenta ya la tenían en casa. Consiguió darle el pecho, además sin problemas, y me alegré mucho, porque si la leche materna es el mejor alimento para un bebé a término, para una prematura es todavía más importante. Y así estaban, engordando estupendamente. Hasta que en la última revisión al pediatra resulta que le dicen que le tiene que dar una ayuda. ¿Una ayuda por qué? ¿Para qué? Si la niña está estupenda y ha llevado un ritmo adecuado. Es que la mamá no tiene mucha leche, me decía un familiar. ¿Ah, no? ¿La niña ha ido cogiendo entonces peso por obra divina? Es que se queda con hambre, me seguía diciendo. Pues que la ponga al pecho otra vez. Bueno, es que la mamá está muy cansada…

Por un lado está el pediatra que recomienda algo que no entiendo, si de verdad pensase que necesita más, pues le podía haber recomendado ponerla más al pecho, ¿no? Además hay que dejar claro que una ayuda es, primero le doy el pecho y luego le doy la ayuda de leche artificial o leche que se ha extraído previamente la madre, sin saltarse ninguna toma, porque claro, si lo que mamá quiere es que papá le dé un biberón para ella poder dormir más… así sí que se va a quedar sin leche. Así que por otro lado tenemos a una madre que quizás estaba deseando que su pediatra le recomendase el bibe, pero seguramente sin conocerse exactamente en lo que eso derivará, niña destetada antes de tiempo.

¿Es posible que algunos padres de a pié sepamos más sobre lactancia que algunos pediatras, matronas, etc? A mí personalmente me parece indignante.

No entiendo como en esta era en la que estamos, en la que tenemos acceso a la información, en la que se realizan estudios completos y fiables, seguimos con mitos y leyendas que empezaron a forjarse a principios del siglo pasado. Y lo peor es, como he dicho, que las personas que supuestamente deberían saber más que nosotros, que para eso han estudiado y tienen un puesto que vela por nuestra salud y bienestar, no tienen ni idea (algunos, no me gusta generalizar). ¿No interesa que estos profesionales, que se ocupan de la salud de nuestr@s hij@s desde su nacimiento, estén totalmente informados y formados, para que a su vez nos puedan informar y tratar a sus pacientes de forma adecuada y veraz, y no mediante creencias, opiniones o estudios obsoletos?

¿De quién depende esto? Porque me estoy acordando de las geniales declaraciones que nuestro ministro de trabajo e inmigración, Valeriano Gómez, hizo hace unos días: "Si tuviera que elegir una sola medida por encima de todas las demás para estimular la igualdad y, al mismo tiempo, la eficiencia de una economía, la capacidad, la producción y la riqueza a medio y largo plazo, esa sería que todos los chicos pudieran estar escolarizados inmediatamente después de su nacimiento".

No quisiera pensar que nuestros políticos no quieren lo mejor para nuestr@s hij@s: A sus padres, especialmente a su madre durante los primeros meses de vida; la mejor alimentación posible, es decir, lactancia materna exclusiva (hasta los seis meses); los mejores cuidados, volvemos entonces a que necesitan a sus padres; unos profesionales que se ocupen de velar por su salud (que además de medicina sepan sobre lactancia y todo lo que pueda ayudar a resolver algunos problemas relacionados como frenillos, intolerancias o alergias…); y una educación adecuada, donde los padres son los principales responsables, y llegado el momento, complementada con unos profesionales libres de conductismo y autoritarismo (me refiero, por ejemplo, a no obligar a comer a los niños). Si nos ocupamos de tener niñ@s san@s tanto física como psicológicamente, tendremos igualmente adultos sanos. ¿No interesa esto?

No voy a debatir la declaración de nuestro queridísimo ministro, porque ya lo dice todo por sí sola. Queda claro que lo que a él le preocupa es la economía, cueste lo que cueste.