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lunes, 31 de marzo de 2014

¿A qué edad están los niños preparados para ir al cole?

Como muchos ya sabéis no hemos escolarizado a nuestra hija con tres añitos por varios motivos. Ella no estaba preparada, no quería ir, no es necesario escolarizar a niños tan pequeñitos y tampoco estamos de acuerdo en cómo se hace en muchos coles. Podéis leer el artículo que escribí el año pasado: Los niños no tienen por qué ir al cole con 3 añitos.

Son muchos los que dan por hecho que lo que hacemos entonces era educarla en casa, como si al resto de niños por ir al cole sus padres dejasen toda la responsabilidad de educarles en manos de terceros. También hay quien, con toda la buena voluntad, se ofrecía a dejarme el material y el programa que seguían sus hijos en el cole para que Minerva pudiese ir al mismo ritmo y supiésemos por donde iban, como si fuese fundamental en niños de tres años seguir un currículum.


¿Qué hacemos en casa? Pues lo que habíamos hecho hasta ahora, jugar, jugar y jugar, y estar atentos a sus intereses y su ritmo para ir ofreciéndole nuevas actividades. Y por si hay alguien que piensa que estamos encerradas todo el día en casa o no nos relacionamos con otros adultos y niños, nada más lejos de la realidad.

El hecho de que con tres añitos se pueda escolarizar a un niño no quiere decir que esté preparado para ello, y cuando digo tres añitos digo cuatro. Un niño tan pequeño lo que necesita es un adulto de referencia, por eso como dice Yolanda González, el resto de los niños son rivales con los que compite por la atención del adulto. Si un niño no juega con niños de su edad no está preparado para la escolarización, ya que se le estaría obligando a permanecer en un entorno no adecuado aún al ritmo de su desarrollo, se le estaría obligando a “socializar”. La forma natural de socializar es hacerlo a nuestro ritmo y con personas de diferentes edades.

Cuando antes he dicho que si un niño no juega con niños de su edad es que no está preparado para la escolarización lo digo por la forma en que está concebido el sistema educativo según edades. Es normal que los niños más pequeños se interesen por los niños más mayores, y no tanto por los de su edad (sin generalizar, y por supuesto dependiendo de su ritmo). Si las clases estuviesen planteadas de otra forma, con variedad de edades, sería diferente, porque los pequeños tendrían como referentes a los mayores, y estos estarían encantados de ser los modelos de los pequeños. Para un niño que no está interesado en otros niños de su edad o aún no sabe cómo jugar con ellos, hay más enfrentamiento que juego (no se trata de que sea relativamente normal que haya disputas entre los niños, sino que en este caso al no saber cómo acercarse al otro lo hace frecuentemente desde la agresión) y por tanto no considero que la clase sea aún el entorno adecuado. Obligar no es la solución, además de irrespetuoso es contraproducente.

Sin embargo, muchos niños a los que no se les ha obligado, con cuatro o cuatro años y medio, comienzan a buscar iguales de su edad para jugar, lo piden y pueden disfrutar de entornos clasificados por edades. ¿Por qué esa prisa por adelantarnos entonces a sus ritmos sólo porque el calendario escolar lo marca? Que nosotros necesitemos, por el motivo que sea (totalmente loable), escolarizarles, no quiere decir que ellos lo necesiten.

Para saber si nuestra decisión de escolarizar a nuestro hijo es correcta debemos observar que, una vez en clase, no haya llanto, que el pequeño no esté retraído y que haya exploración del entorno por su parte. En el caso de que suceda lo contrario de lo que he comentado, esto sería un indicador de que el niño no está preparado y lo está pasando mal.

Por otro lado, si realmente existiese un período de adaptación real, que incluyera a los padres, para que así los niños pudiesen conocer ese nuevo entorno y a todos esos desconocidos desde la seguridad, todo sería igualmente muy diferente.

¿Vamos a escolarizar a nuestra hija el próximo curso? Pues no lo tenemos claro. Es verdad que a sus tres años y medio si empezamos a verla más preparada, y también empezamos a ver que juega con niños de su edad sin demandar nuestra atención. Puesto que todavía queda medio año, quien sabe. Decidamos lo que decidamos lo haremos en familia, y eso incluye su opinión, entre otras cosas porque si no disfrutan en el cole ese aprendizaje que tanto nos preocupa no sucede.


Si te interesa el tema de la escolarización te recomiendo escuchar la entrevista de Yolanda González: Escolarizar o socializar.

jueves, 12 de julio de 2012

No tienen por qué ir al cole con tres añitos



Apenas son ya dos meses los que nos queda para los dos añitos, todavía no me lo creo, y eso que los cambios en el desarrollo de mi pequeña son evidentes.

El caso es que ya tenemos que estar aguantando las coletillas “ya te queda poco para ir al cole”, “el año que viene al cole” o la que más detesto “tu madre estará deseando que empieces ya el cole”, ¿y por qué iba yo a estar deseando eso? Ah ya, quizás porque para algunos padres supone un alivio poder deshacerse de sus hijos durante unas horas al día. Pues no señora, no, para mí supondría todo lo contrario. Un año para un niño es un mundo. Relajaros y dejadnos tranquilas a nosotras, que estamos muy bien como estamos.

Se que muchas veces es algo que se dice por no saber qué otra cosa decir (yo es que en esos casos prefiero estar callada, será por eso que peco de de hablar más bien poco), pero cuando la misma persona te lo dice cada vez que te ve… cansa. Por ahora lo dejo pasar, pero se que antes o después terminé contestando, educadamente, pero así espero ponerle fin. Ilusa de mí, porque poco a poco estas frasecillas se irán extendiendo como si de una plaga se tratase al resto de nuestros allegado y no tan allegados, e irán en aumento según se vaya acercando septiembre del año que viene.


¿Quién dice que mi hija irá al cole el año que viene? ¿Por qué se da por hecho? Estamos tan acostumbrados a seguir la corriente sin plantearnos nada, sin ver que hay más opciones, que no tenemos por qué llevarlos tan pequeñitos al cole, que su vida no depende de ello, porque no todos están preparados para ese paso ni lo necesitan. Cuidado que no quiero generalizar, que se que hay muchos padres, que como nosotros, se lo plantean y mucho, o los hay que no tienen opción, como no la tuvieron a la hora de llevar a la guardería a sus hijos, ya que el trabajo nos les dejaba más remedio. También habrá padres que confían plenamente en el sistema educativo tradicional y es lo que quieren para sus hijos, yo me encuentro en el otro extremo, como ya os habréis dado cuenta.

A ver cuando nos enteramos de que la educación obligatoria empieza a los seis años y no a los tres. Que la escolarización a los tres, cuatro, cinco o seis años, incluso la no escolarización, es una elección de cada familia, no una imposición o algo que toca.


Todavía no se si vamos a escolarizar el año que viene a Minerva, pero a día de hoy no quiero, no me apetece meter a mi hija de tres años recién cumplidos para esa época en un aula, en la que tendrá que estar sentadita porque sí, en la que será un número más, en la que tendrá que hacer todo al mismo tiempo que los demás sin que se respeten sus ritmos, y sin que se tenga en cuenta su personalidad, sus capacidades y su creatividad.

Quiero que mi hija juegue libremente, sin que sea dirigida. No quiero que tenga la obligación, porque un niño a esa edad no tiene por qué tener obligaciones, de pasar equis horas metida en un centro. No me parece una buena forma de enseñar cuando es impuesto desde fuera. A esa edad sólo tienen que jugar, y al mismo tiempo irán aprendiendo y desarrollándose como han hecho hasta ahora. Si nosotros estamos a su lado la vida misma les irá enseñando y ellos disfrutarán aprendiendo de lo que se les ofrece de forma natural, satisfaciendo su curiosidad, contestando a sus preguntas, acompañándonos en nuestros recados y quehaceres diarios, motivándoles en el día a día.

Y claro que quiero que mi hija se relacione (se sociabilice, esa palabra tan de moda), pero con libertad y a su ritmo, sin presiones, sin imposiciones. Esto lo puede hacer en el parque con otros niños, con primos, niños de nuestros amigos, acompañando a papa y/o mamá en los recados relacionándose con gente de todas las edades, etc, todo de una forma natural.


No me gusta como está planteada la educación, un modelo desfasado que enseña a obedecer a la autoridad, que te dice lo que debes o no aprender, a dejar de escuchar sus pasiones, a seguir un ritmo impuesto en masa, a ir olvidando su propia magia y su ser especial, a desatender lo que realmente les fascina porque deben seguir al grupo y a perder su capacidad de elección e imaginación  porque todo se les da “prefabricado” sin posibilidad al pensamiento libre. Un sistema educativo en el que vemos hasta normal que un alto porcentaje de niños fracasen, desmotivados y desanimados. Todo esto me lleva a interesarme, y más con los recientes recortes en la educación, en la enseñanza en casa. Pero a parte de que es algo para lo que no me veo preparada, queda todavía tanto tiempo que tampoco quiero adelantarme. Al menos cuando llegue el momento lo haré con toda la información posible en la mano.


Se que existen escuelas alternativas, donde se hace de otro modo, más acorde con las necesidades de cada niño, pero a día de hoy son escasas, llevan un coste y la mayoría sólo aceptan niños hasta los 6 años. Confío en que en estos cuatro años la cosa vaya cambiando y que estas escuelas más respetuosas con nuestra esencia vayan proliferando. Y además están esos colegios públicos, oasis en el desierto (que los hay, pero son los menos), algunos trabajan por proyectos y se adecuan a lo que los niños necesitan, y no alrevés.


No se cómo será nuestra situación para entonces, pero si por ambas partes lo vemos factible seguiremos la línea que nos marquen los valores que queremos para nuestra pequeña. Haremos lo que mejor consideremos para nuestra hija, como todo padre hace siempre. Pero vayamos despacio, vivamos el presente.


Para terminar os dejo un enlace a una conferencia de David Pla Santamaría sobre los “Sistemas educativos que respetan el continuum”, es larga pero muy interesante.