Mi hija nació un viernes de madrugada. Justo a las
puertas del fin de semana, cuando más posibilidades había de que la gente se
animase a hacer las visitas pertinentes para conocer a la nueva personita que
había llegado. Tuvimos suerte y la verdad es que se repartieron
bastante bien durante todo el viernes y el sábado por la mañana. El sábado por
la tarde ya fue otra cosa. Se juntó más gente de la que cabía en una habitación
de hospital, y aunque algunos se salían para que entrasen otros, llegó un
momento en que era un poco agobiante, y además hubo algún familiar entrometido
que quería coger a la niña justo cuando me disponía a darle el pecho (no se lo
permitimos, bastante teníamos ya) o que se creía con derecho a ser el único
protagonista poniéndose delante de nosotras (tapando la vista a los demás) y
acercándose hasta el punto de invadir nuestro espacio.
En aquellos momentos no fui consciente de muchas
cosas, pero con el tiempo me he dado cuenta de que si se volviese a repetir
cambiaría muchas cosas, por no decir que lo cambiaría todo.
Recuerdo en la preparación al parto cuando la matrona
nos animaba a darnos cuenta de que estábamos en nuestro derecho a decir “no” a
familiares y amigos, en todas las situaciones que así lo considerásemos. Poner
límites, y no me refiero a niños, que parece que esta palabra va asociada a
ellos, sino a los adultos que se creen con ciertos derechos por el simple hecho
del nacimiento de alguien cercano.
Cuando nace el bebé de alguien a quien apreciamos nos
gusta ver a ese nuevo ser tan pequeñito y dar la enhorabuena a los felices padres,
pero parece que algunos se lo toman como un derecho, como si los padres tuviesen
la obligación de aguantar todas esas visitas sin rechistar, sin importar si
están cansados, sin importar que tanto jaleo afecte al bebé, sin importar que
todo el mundo quiera coger al bebé, y dejarse hacer porque claro, a la gente le
hace mucha ilusión. Y cuidado, que no estoy diciendo que a los padres no nos
guste que nuestros seres queridos (y no tan queridos, porque en esas situaciones a
veces se apunta hasta el panadero) quieran conocer a nuestro pequeño retoño y se
preocupen por la nueva familia.
Quien quiera y esté cómodo en esa situación me parece
bien. Pero hay que tener en cuenta que los bebés se estresan, se agobian y se
asustan, porque lo único que precisan y quieren es estar cerquita del pecho de
mamá, que es lo más reconfortante y familiar, después de haber llegado hace
poquitas horas a un mundo desconocido, lleno de luz, ruido, frío y sin ese
alimento y abrazo constante al que estaban acostumbrados.
Por eso yo, si vuelvo a dar a luz en un hospital, lo
más seguro es que o bien restrinja las visitas o simplemente no avise hasta que
estemos tranquilamente en casa. ¿Que habrá gente que no lo entienda e incluso
gente a la que le moleste? A mi lo que me importa en esos momentos es mi bebé,
no el que dirán. Si son adultos respetuosos entenderán que es nuestra decisión.
Tengo que decir que nosotros estuvimos solos en la
habitación, si hubiese habido otra familia la cosa seguramente hubiese sido más
agobiante (para nosotros y nuestro bebé). Y si en ese futuro imaginado
tuviésemos que compartir habitación pues lógicamente tendríamos que aceptarlo,
pero siempre pidiendo en la medida de lo posible un mínimo de tranquilidad.
Cuantas mamás somos las que estamos agotadas, no hemos
dormido apenas, y justo cuando nuestro bebé duerme y podemos aprovechar para
descansar, tenemos que atender las visitas de turno. Y ya no hablo de las
visitas de las enfermeras (daba igual si era de noche y dormías plácidamente),
pediatras y ginecólogos, que esa es otra historia. O cuando desbordada, llena
de inseguridades, intentas poner a tu hija al pecho, pensando que eres una
mujer a la que no le da vergüenza nada y te da igual quien haya en la habitación,
pero estás nerviosa, y cada familiar, cada amiga y cada enfermera que entra
intenta ayudarte (en la mayoría de las ocasiones sin tú habérselo pedido), pero
resulta que cada una te dice una cosa distinta e incluso sientes que se toman
demasiadas confianzas, por mucha confianza que tengas, pues en esos momentos tu
bebé es tu cachorro y tú una mamá leona celosa de su espacio. ¿Quién me dice
que si no hubiésemos estado más tranquilos mi hija hubiese salido del hospital
enganchada al pecho? Nunca lo sabremos, y ya da igual, porque al final logramos
nuestra deseada lactancia, pero ahora soy consciente de que hubiese podido
hacer otras cosas si hubiésemos estado en un ambiente más relajado, sin miradas
ni comentarios bienintencionados pero que interferían irremediablemente en
nuestra relación.
Tenemos todo nuestro derecho a cambiar de opinión y
hacer lo que mejor nos parezca para nuestro bienestar y especialmente el de
nuestro bebé. A punto de nacer mi hija decidimos que preferíamos tener todas las
visitas en el hospital para luego estar más tranquilos en casa, pedimos a la
gente un par de semanas (a excepción de los abuelos y la tía maternos, que se
pasaron algunos días por casa, aprovechando la visita siempre para echar una
mano) para estar tranquilos y hacernos a la nueva situación y conocernos, antes
de venir a visitarnos. Parecieron aceptarlo bien. En ese futuro imaginado lo
que pediría es que no nos visitasen (incluido el hospital) hasta que nos
hubiésemos hecho con la situación, mas o menos tranquilos, sin interrupciones
de ningún tipo ni comentarios desafortunados.
Así es cómo yo lo siento. Me da igual si habría
alguien que no lo entendiese o se molestase (en ese caso me atrevo a decir que
entonces mejor todavía no tenerlos muy cerca), sería nuestra decisión.
Nosotros fuimos de los que hicimos caso a la matronas y dijimos NO, bueno, yo dije más veces que NO que mi marido, y aún así tuve que aguantar alguna impertinente visita y comentario al que paré rápido los pies.
ResponderEliminarSi tengo más hijos el día de mañana, volveré a decir NO si así lo estimamos, y no tendré vergüenza ni reparo alguno de hacerlo...más vergüenza tendría que darles a aquellos que ven que estáis hechos polvo, que queréis disfrutar de la intimidad del nacimiento o que simplemente ignoran tus deseos.
Yo aunque lo tenía claro en esos momentos estaba tan perdida... luego te das cuenta de tantas y tantas cosas. Pero bueno, siempre aprendemos, aunque sea a toro pasado.
EliminarMucha gente no entiende eso de que queramos intimidad, porque piensan que ya la tendremos en casa. Pero es que no se dan cuenta de que acabamos de conocernos.
Besitos
Yo lo entiendo y lo comparto totalmente Carol. Yo también lo pasé bastante mal y muy agobiada en esos primeros días donde más necesitaba la tranquilidad. Encima con cesárea para cada uno ya te podrás imaginar cómo estaba. Todos sabemos que la familia en ese momento no tiene mala intención, que todo lo hacen con mucha ilusion y cariño pero hay que pararse a pensar en cómo se encuentra la mamá en esemomento y por lo que ha pasado, y eso muy pocas personas, incluso algunas habiendo pasado anteriormente por lo mismo, se paran a verlo.
ResponderEliminarUn besote!
Es verdad que la familia y los amigos lo hacen con la mejor intención. Pero hay que darse cuenta de lo que necesitan esos padres y ese bebé, es la mejor forma de ayudar. Aun habiéndolo vivido no se dan cuenta o piensan que hay que hacerlo así porque está muy interiorizado que es así como funciona.
EliminarBesitos
Etoy tan de acuerdo contigo, en la maternidad fue una procesión, no paraban las visitas, incluso la tarde en que salimos de la maternidad se llenó mi casa de visita y hasta tuuve que atenderlos, fue tremendo si hasta se me salieron algunas lágrimas cuando me escabullí por ahí y nadie me vio.
ResponderEliminarSaludos.
Ay Pamela, nos merecemos un respeto. Ya se que no lo hacen adrede, pero si no se dan cuenta debemos hablar y decir lo que queremos y necesitamos.
EliminarBesitos guapa
Te entiendo perfectamente,he visto casos como el tuyo y es muy cansado las visitas. En mi caso, mi familia y la de mi marido están muy lejos, y los 10 días de hospital fueron eternos. Pero una cosa es echar en falta a tus padres, o gente que si necesitas o quieres cerca y otro caso son las múltiples visitas molestas que no dan tregua. Tienes toda la razón para sentirte así como dices.
ResponderEliminarAgradezco que lo comprendas.
EliminarY tienes razón, una cosa es que vengan un momentito a ayudarte en lo que precises y otra es a pasar el rato sin prisa ninguna.
Un abrazo
No puedo estar mas de acuerdo. Aunque se ofendan deben entender. Es un momento demasiado importante y especial como para andar pensando en dejar contentos a los familiares y demás gente. Lo unico importante es la nueva familia que se acaba de formar...Nada mas. Un abrazo Carol, gracias por esta reflexion.
ResponderEliminarPor desgracia hay quien le preocupa (o como decía antes, lo tienen tan interiorizado) que la gente esté contenta. Cuando quien debería preocuparle por encima de todo es su bebe.
EliminarBesitos
Estoy totalmente de acuerdo, nosotros restringimos las entradas, solo avisamos cuando ya estábamos en la habitación (y eso que sabíamos la fecha, por ser cesárea programada) pero solo vinieron los que dijimos padres y hermanos y solo un ratito, así que tuvimos la intimidad que deseábamos!!! Y estamos muy contentos de la decisión, gente se sorprendió e incluso opinó, lógico, pero no llegó a más la cosa. Tus reflexiones siempre me encantan.
ResponderEliminarCuanto me alegro de que lo vivieseis de una forma más íntima. Siempre habrá a quien le moleste, pero allá ellos.
EliminarGracias!
Besitos
Cuando nació mi hija me pasó algo como a ti, mucha gente y eso que parí en lunes.
ResponderEliminarA mi hijo le parí en viernes y vino muy poquita, de hecho hubo momentos en los que estábamos totalmente solos los dos. Un auténtico alivio, la verdad
Para no tener sorpresas prefiero dejarlo bien atado si hay una próxima vez.
EliminarTu que has vivido las dos experiencias sabrás que cuanta menos gente más tranquilos todos.
Un abrazo
Yo pedí la gente que viniese poco a poco y algunos se ofendieron. Pero no me arrepiento, nos vino muy bien a los tres.
ResponderEliminarUn besote
Me alegro de que dejases las cosas claras, con todo vuestro derecho.
EliminarUn abrazo
Yo eso ya lo he hablado con mi pareja y cuando seamos papás avisaremos cuando ya estemos instalados y sólo a los más allegados (padres y hermanos) y en casa ya iremos avisando a quien nos apetezca. Y estoy totalmente de acuerdo, es algo que se debe comprender. Lo más importante es descansar, tener tranquilidad y adaptarse poquito a poco. Y el resto de familia que se vaya incorporando a nuestras vidas de forma dosificada. Ya veremos si lo conseguimos hacer así...
ResponderEliminarCuanto me alegro de que lo hayáis decidido así, la gente tendrá que aceptarlo, seguro que todo marcha bien si lo tenéis claro.
EliminarUn abrazo
Ufff Carol! me acabo de acordar de esos días! en el hospital compartía habitación con otra mamá, la mar de maja. Yo ya había avisado a la gente que durante el primer mes me llamasen antes de venir a ver si me encontraba de humor y le dije a la gente que no me fuese a visitar al hospital, sólo me visitaron mis parientes más cercanos, pero la mujer de al lado tenía un montón de familia, eran de un pueblo y yo creo que la visitó la mitad. Cerré la cortina y Pablo empezó a darme un masaje en los pies mientras daba de mamar a Ximena. Mi madre ya se iba a su casa y yo me eché a llorar, entre los entuertos, el dolor que me hizo Ximena por unas ampollas que me salieron en la punta del pezón y ese jolgorio. Menuda forma de llorar, mi madre tuvo que salir a quejarse de la que se iba y vinieron en seguida a echar a toda la gente y recordar que había un cartel donde no se permitía más de dos visitantes por mamá... ufff! qué mal lo pasé!!!
ResponderEliminarEse es el problema, que aunque tu pidas a tus gente que no vaya si luego compartes habitación te puedes encontrar con ese percal.
EliminarRealmente en esos momentos tan delicados es duro tener que aguantar todo ese jaleo.
Beistos
Nosotros decidimos prohibir algunas visitas de familiares. Al final, cuando ya hacía un rato que estábamos en la habitación llamamos para que vinieran mis padres y mi hermana y mis suegros (escalonados, claro). Y no vino nadie más. Después nos instalamos en casa mis padres unos dias y así ellos recibian las visitas y yo bajaba un momento, saludaba y volvia a la "cueva" con mi bebé. Me sentí protegida y pudimos gozar de los inicios en contacto permanente y sin estrés.
ResponderEliminarLeyéndote me he acordado de mi vecina del hospital. Llamé a las infermeras y todo para que sacaran a toda aquella gente que la visitaba. La chica se puso a llorar y me dijo "menos mal...yo no me atrevía"...pobrecita...
Qué maravilla, así pudisteis disfrutar plenamente de vuestro bebe y vuestro encuentro.
EliminarPobre, debemos aprender a decir "no", a exteriorizar nuestras necesidades por nuestro bien y el de nuestros hijos.
Un abrazo
Realmente he leido exactamente lo que a mi tambien me sucedió y de identica manera...Increible, tu historia es igual a la mía! Sinceramente cuando decida tener a mi segundo hijo suspenderé las visitas tanto en hospital como en casa! y no me importa lo que digan los demás...será nuestra tranquilidad! saludos de Argentina!!
ResponderEliminarA mi tampoco me importa lo que digan o piensen, lo único que me importa es nuestro bienestar.
EliminarUn saludo
Abril tambien nacio un viernes, 20 de agoso, en Sevilla asi que afortunadamente no tuve demasiadas visitas y fueron bastante respetuosos. Nuestros amigos se acercaron al hopital a tomar algo con el api y como yo me encontraba muy bien subieron de dos en dos a darme un beso y nada mas. Ya en casa, vinieron una noche a cenar, trajeron ellos la comida, lo recogieron todo e incluso se llevaron la basura. Nuestros amigos tienen muchos defectos pero tengo que reconocer que fueron muy respetuosos, nada invasivos y muy cariñoso.
ResponderEliminarYo desde entonces cuando alguna amiga ha tenido un bebe, me he ofrecido a loque ella necesit pero le he dcho que los primeros dias ni iba a llamar ni a ir a verla pero q si necesitaba algo que no dude en llamarme.
Un besote
Así es como debería ser si la gente quiere acercarse a conocer al nuevo miembro de la familia, teniendo conciencia de que necesitamos tranquilidad. El traer la comida y recoger es un detallazo que no todo el mundo ve.
EliminarTengo una amiga embarazada y así es como voy a actuar.
Besitos
Yo tuve un parto muy bueno, di a luz también de madrugada y no pude dormir hasta la noche siguiente porque simplemente estaba eufórica. Agradecí las visitas porque en ese momento las necesitaba. De haberme sentido mal o simplemente no querer visitas lo hubiese avisado también. Siempre creí que yo tenía la opción de elegir y así debe de ser
ResponderEliminarUn besazo!
También se puede estar tranquila con las visitas que deseamos por supuesto. Pero en nuestra mano está decidir si queremos o no.
EliminarUn abrazo
Hola! me pareció muy adecuado el post. En nuestro caso: lo que hicimos es esto. Teniamos la cesarea programada para el dia jueves a las 16 horas. Bueno. A quienes no habia manera de no decirles algo: les dijimos que la cesarea era el dia sabado a las 10 de la mañana! y a aquellos que no sabian que habia cesarea: les dijimos que la fecha problable de parto eran 10 dias despues!
ResponderEliminarjaja! o sea que para todos fue una sorpresa cuando por fin se enteraron: ya que nuestra hija nacio "antes", es decir. estuvimos solitos 48 horas en la clinica. Eso estuvo genial porque nuestra nena se prendio al pecho con una paz increible y pudimos disfrutar de ese momento unico con una gran intimidad. Mi mujer se sentia un poquito culpable de mentir tanto: yo no me hacia ningun problema! Me parecia que lo mas importante era ocuparme de mi hijita. Entonces hice valer mi derecho de papa. Justamente una de las pocas cosas que puede hacer el padre en estas circunstancias es ser como un perro guardian: proteger. saludos a todos!
Eso también es buena idea, aunque suponga no ser sinceros para poder estar tranquilos, así todo marcha sobre ruedas.
EliminarYo personalmente preferiría decir la verdad y que la gente lo aceptase.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en el papel del papá en esta situación.
Un abrazo
No pude vivir eso que cuentas porque como sabes, Marco fue ingresado rápidamente, pero estaba prevenida sobre ello, no se si habría logrado gestionarlo bien, tengo dificultades para poner límites, peco de educada y eso es un problema. Me parece una buena solución, no avisar hasta que se controle el entorno, por lo menos estar ya en casa.
ResponderEliminarQue descanses en tus vacaciones! Un abrazo
Entiendo lo que dices, pero por el bien de nuestro bebe y nosotras mismas debemos aprender a poner los límites que necesitemos y mejor antes porque en esos momentos tan delicados quizás nos cueste más.
EliminarGracias guapa!
Besitos
Hola Carol, que razon llevas en tu entrada, ya sabes que en el curro lo vivo todos los dias, las mamas cada vez se conciencian mas de que necesitan estar a solas con sus bebes, para conocerse, para darse tiempo y demas, pero todavia por suerte o por desgracia hay muchas mamas que no saben o no quieren decir que no y eso afecta claramente al bienestar de sus bebes y al descanso de las mamas , entiendo que cada una necesitamos unas cosas diferentes pero nuestros hijos tambien y creo que es importante tenerlo en cuenta.
ResponderEliminarNosotros lo pasamos fatal y eso que yo dije que no viniese la gente al final(no nos hicieron mucho caso)(solo los amigos fueron respetuosos), despues de haber parido la madrugada del sabado al domingo, cuando llego la noche del domingo ya se hizo insostenible,la peque estaba super irritable (normal) y no habia manera de calmarla(4 horas llorando sin parar, horroroso)
asi que solo espero saber gestionarlo de mejor manera para el proximo.Un Beso. (Penelope)
Me parece una falta de respeto el hacer lo que les de la gana después de saber lo que vosotros queréis. Y eso les termina afectando al final a los peques, pobre. La próxima vez seguro que os buscáis la manera de que se respete vuestra decisión.
EliminarUn besazo
Te entiendo perfectamente y estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarNosotros anunciamos a mis padres mi ingreso y se presentaron minutos antes de que naciese la pequeña, la vieron unos instantes en la habitación y les rogué que se marcharan, la tranquilidad es fundamental. En los días siguientes no recibí muchas visitas, tan solo de unas amigas, visita que incluso agradecí, y mis padres que venían a diario pero que nunca molestaron. Pero sabes qué? mi habitación era compartida y recuerdo con gran amargura cómo tuve que soportar las visitas de la compañera, que eran incesantes, llenaban la habitación y no nos dejaban intimidad... allí estábamos nosotros luchando con la cortinita separadora :(
Como bien dices luego hay que añadir las visitas intempestivas y continuas del personal sanitario... solo descansé al llegar a casa.
Qué poco respeto hay!
Me parece que eres muy dueña de decirlo a quien quieras y cuando quieras y la gente comprensiva no tiene por qué molestarse.
Besos!
Las visitas que realmente quieres recibir y durante poquito tiempo son de agradecer, siempre que estés cómoda y tranquila. El problema es que si compartes habitación no tienes más remedio que "aguantar", porque aquí la gente debería darse todavía más cuenta, ya que a la otra familia no la conocen de nada y pueden sentir que pierden la intimidad.
EliminarComo siempre cada uno debemos actuar como mejor consideremos, sin tener miedo a no ser comprendido en un primer momento.
Un besazo
Como la mayoría aplastante, yo estoy de aceurdo contigo, además que lo sufrí y mucho.
ResponderEliminarImaginate, con la cesárea, hecha polvo y después de un post operatorio tan malñisimo a las puertas de la muerte (dramatizo un pelín, pero no es mentira)lo pasé fatal con las visitas, y enciam las atendí sola!!!
Mi marido siempre estaba haciendo recados...según él, y suerte que esto lo dejamos ya claro "antes de", porque si no lo llegamos a dejar claro mi marido se hubiera ido de vacaciones! jajaja
En fin, que yo haría como tu si hubiera un próximo, creo que no avisaría a nadie...a los justos y prou.
Un besazo
La gente es que no tiene ninguna consideración, de verdad ¿no se darán cuenta? Ven que estás hecha polvo y siguen ahí, increible.
EliminarEl papá excepto alguna ocasión, en la que se quedaban mis padres,siempre estuvo con nosotras, yo lo necesita cerca.
Besitos
Yo creo que las mejores visitas cuando nace el bebé son las breves y discretas, jeje. Yo me alegré muchísimo de que mis amigos me visitaran, porque se que lo hacían por cariño, pero al fin madre primeriza, me moría de pena darle teta frente a ellos. Cuando fue un poco más grande, ya no era problema, una mantita (o si era de más confianza ni eso) y listo. Pero al principio sí es complicado. Ahora cuando nacen los nenes de mis amigas, procuro hacer esas visitas breves, tratando de ayudar si puedo, pero sigo pensando que es mejor ser muy discreto
ResponderEliminar;-)
Estoy de acuerdo, aunque ya te digo que si hay próxima vez, si hay alguna visita serán contadas (abuelos y algún hermano), y rápidas, a no ser que necesitemos algo.
EliminarTu actitud es ser consciente de la situación.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo. Con mi próximo bebé no me voy a aguar un largo día de visitas después de 24 horas sin dormir.. no.. no me lo calo..lagente e lo último que piensa es en uno y en ese momento madre e hijo necesitan su espacio.
ResponderEliminarParece que después de la primera experiencia lo tenemos claro, y lo haremos saber.
EliminarBesitos
Nosotros cuando nació el mayor si que vino bastante gente, y, aunque solo permitían dos visitas en la habitación, a mi me resultó muy agobiante por el hecho de que todo el mundo quiere coger al niño, tú estás echa polvo, quieres dar el pecho y todos te dan su opinión (negativa, por supuesto). Yo terminé con una lactancia fracasada y una sensación de que la educación en determinados momentos está sobrevalorada. En el nacimiento del pequeño le dije a todo el mundo que no viniera. Es posible que le sentase mal a alguien, pero mi peque y yo estuvimos mejor.
ResponderEliminarYo con mi mayor fui educada y me comí un bonito fracaso en la lactancia. Con el pequeño dije que no quería visitas y que quien quisiese ayudarme que me ayudase con la casa que con el niño estaba yo. Puede que sentase mal pero mis peques están por encima (y la educación en estos casos sobrevalorada)
ResponderEliminarBesos.
Exacto, los niños están por encima de formalidades sociales. Muy buena decisión con el segundo.
EliminarUn abrazo
Qué lástima que les hicieran sentir así en un momento tan especial!! Tal vez poniendo límites, con firmeza pero suavidad, es más fácil incorporase a este nuevo vínculo, sin molestar a la mamá, al papá y el bebé.
ResponderEliminarEn mi caso fue todo lo contrario, no me molestaban las visitas, me hacía gracia que armaran tanto jaleo!!! Probé todo lo que me decían todas las "experimentadas", sin saber si iba a funcionar, me dejaba tranquila escuchar que todos pasaron por lo mismo, uno idealiza un momento y está tan alejado de lo "ideal" que me daba tranquilidad saber que era normal los sentimientos contradictorios que sentía en ese momento, que no era ni iba a ser tan mala madre porque mis dudas prácticamente eran las de la humanidad.
Por otro lado, tengo que reconocer que todos los que estuvieron al momento de nacer mi Joaquín (el del medio) fueron los mismos que nos acompañaron metiéndose en un rinconcito en mi casa hasta el momento de su muerte. Joaco estuvo muchos meses, a lo largo de tres largos años, internado y su mayor felicidad era elegir a las visitas del montón que hicieron guardia a la puerta de su pabellón esperando que los llamara. Siempre pude llorar en un ambiente distinnto al que estaba él, cada vez que creía que el cáncer nos ganaba porque tuve siempre quien entrara a jugar, cantar, leer un cuento o simplemente charlar con él, tomarle la temperatura, convencerlo para que tomara un jarabe de gusto espantoso, le sostuviera la bacinilla para vomitar o lo sostuviera con mucha fuerza para darle todos y cada uno de los innumerables pinchazos.
Creo que en gran medida, la entrega que hice al principio me la devolvieron con creces generando un vínculo estrecho entre todos y él.
Un beso grande y a poner límites sin miedo, el límite da seguridad sin necesidad de llegar a la exclusión.
Siento mucho lo de tu pequeño. El tener gente a tu lado cuando lo necesitas es un apoyo fundamental, me alegro de que así fuese.
EliminarCreo que debemos saber, según los momentos en que nos encontremos y lo que necesitemos, pedir exactamente eso, lo que necesitamos, sea soledad o cercanía.
Un abrazo
Carol, hermosa, cuánto resueno con tus palabras... Yo también cambiaría algunas cosas y mira que no fue especialmente caótico, cambiaría en algunos puntos mi actitud, sin duda. Sólo quería decirte que te comprendo y te mando un grandísimo abrazo!!
ResponderEliminarParece que somos muchas las que cambiaríamos alguna cosas de esos momentos tan especiales.
EliminarUn besazo
Yo sé decir que NO, solo espero que mi compañera de habitación sepa hacerlo; porque para aguantarme las visitas de la de al lado que se sientan en mi cama, que hacen ruido, que no conoces de absolutamente nada y te tienen que ver las tetas...pues para eso me aguanto las mías...aunque siempre me queda la solución que si ella mete a 8 en la habitación, meter yo a 16 de los más molestos que conozco para que se j.... ella un ratito también!!!!
ResponderEliminarTampoco se trata de llegar a este punto, sino de hablar y pedir lo que necesitamos nosotros y nuestros bebé. Porque puede que esa mamá no sepa o le de cosa. Pero si tu de buenas maneras se lo haces ver quizás reaccione y quien sabe, lo mismo era precisamente lo que quería y necesitaba también.
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