lunes, 24 de febrero de 2014

Extracción y almacenamiento de la leche materna

Hay situaciones en las que las madres necesitan extraerse la leche: para aliviar una ingurgitación, cuando empiezan a trabajar y no quieren dejar la lactancia materna (si este es tu caso y tienes dudas acerca de si podrás seguir dándole el pecho a tu hijo te puede interesar este otro artículo: La lactancia no termina con la reincorporación al trabajo), van a estar separadas de su bebé por el motivo que sea, necesitan aumentar la producción o comenzar y mantener la producción de la leche (en caso de mamás con bebés prematuros), e incluso necesitan relactar o inducir la lactancia materna (en caso de adopción).

Antes de comenzar con la extracción de leche es recomendable:

- Lavarnos bien las manos con agua y jabón.
- Estar en un lugar tranquilo y tener algo que nos recuerde a nuestro bebé. Esto ayuda a estimular el reflejo de eyección, liberando oxitocina. Incluso si es posible, podemos sacarnos de un pecho mientras damos de mamar a nuestro hijo del otro.
- Masajear suavemente el pecho un momento antes.

Extracción de la leche materna:

La extracción se puede realizar de forma mecánica o manualmente, esto dependerá un poco del motivo de la extracción, ya que si necesitamos sacarnos leche frecuentemente para almacenarla sería recomendable utilizar un sacaleches, pero si sólo queremos extraernos leche para aliviarnos el pecho o sólo necesitamos suplir un par de tomas, podríamos hacerlo manualmente si nos resulta más fácil. En última instancia esto dependerá de las preferencias de la madre.

La extracción mecánica se realiza mediante sacaleches. Estos pueden ser manuales, eléctricos, simples, dobles, e incluso te pueden permitir tener las manos libres. A la hora de utilizar un sacaleches es importante cerciorarse de que el embudo sea el adecuado para el tamaño de nuestro pezón (no tiene que haber fricción en el pezón ni tampoco tiene que quedar introducido demasiado tejido de la areola en el túnel del embudo). Algo que no se recomienda por su inutilidad y por posibles daños en pecho es la perilla de toda la vida.

Para realizar la extracción manual se puede hacer lo siguiente:

- Colocamos el pugar y los dedos índice y corazón formando una C en el pecho, a unos 3-4 cm tras el pezón (no tiene por qué coincidir con el final de la areola).
- Presionamos con los dedos hacia atrás (sin deslizarlos), hacia las costillas.
- Y movemos hacia el pezón (sin deslizarlos).
- Este movimiento rítmico se realiza varias veces, rotando cada vez la posición de los dedos alrededor del pezón.



Conservación de la leche materna:

La leche materna la podemos conservar en bolsas y botes de plástico duro diseñados para tal uso, o en botes de cristal aptos para alimentos. No se recomienda usar los botes de plástico que se utilizan para los análisis, ya que no son aptos para para su uso alimenticio.

Se recomienda guardar cantidades pequeñas para desechar lo mínimo indispensable, ya que siempre podemos sacar más cantidad después si el bebé tiene más hambre.

Siempre hay que fechar la leche congelada antes de guardarla.

Hay casos en los que una vez congelada y descongelada la leche materna, esta nos huele rancia. La leche está en buen estado, de hecho hay bebés que se lo toman sin problema. Ocurre cuando producimos leche con alto contenido en lipasa, y no nos sucede a todas las mujeres, la única manera de comprobarlo es como decía congelarla y descongelarla. Si queremos evitar el mar olor (ya os digo que la leche está en buen estado) podemos escaldar la leche (60º), antes de congelarla.

Espero que esta tabla os sea útil para saber el tiempo y le temperatura en los que podemos conservar adecuadamente la leche materna para un bebé a término.

 Tabla de conservación de la leche materna

Utilización de la leche materna:

Como he comentado antes lo ideal es congelar la leche en pequeñas cantidades, que podemos ir descongelando según la demanda del bebé.

Para descongelar la leche lo que haremos será sumergir la bolsita o el bote que hayamos congelado en un recipiente con agua templada o calentita. Una vez descongelada no debe volver a congelarse.

Si hemos dejado descongelar la leche en la nevera podremos usarla hasta 1 día. Si la hemos descongelado sumergiéndola en agua templada, podremos usarla durante las próximas 4 horas, siempre que la guardemos en la nevera.

No hace falta calentar la leche, ya que a temperatura ambiente es como la toma el bebé del pecho. Por otro lado, una vez descongelada la agitaremos para que se mezcle bien, ya que suele quedar separada la grasa.

Nunca utilizaremos un microondas para calentar la leche materna ni dejaremos que esta hierva.
  

¿Os ha sido cómodo el uso del sacaleches?



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