lunes, 16 de febrero de 2015

Cuando la maniobra de Hamilton es violencia obstétrica

La maniobra de Hamilton en un método de inducción mecánico. Lo que se hace es desprender las membranas de la bolsa amniótica, del cuello del útero. Para ello la matrona o el ginecólogo introducen un dedo en nuestra vagina, tratando de llegar al cérvix. Se trata de una práctica dolorosa. Y se realiza al final del embarazo, cuando la matrona o el ginecólogo estiman que la mujer debería ponerse o haberse puesto ya de parto. El objetivo de esta maniobra es favorecer la producción de prostaglandinas endógenas y que la mujer se ponga de parto en las siguientes 48 horas, lo cual no siempre ocurre.





Esta maniobra de inducción tiene unos síntomas secundarios asociados:

- Causa dolor.

- Pueden producirse pequeñas pérdidas de sangre.

- Pueden producirse contracciones uterinas irregulares.

- Puede producirse rotura de la bolsa amniótica.


La maniobra de Hamilton se realiza demasiadas veces sin el consentimiento informado de la mujer. Una vez en la semana 40 (a veces en la 39), en la visita a monitores, se nos dice que nos van a mirar a ver cómo vamos. En ocasiones sin avisar, y en otras tras limitarse a comentar que nos van dar una “ayudita”, se realiza esta maniobra, convirtiéndose así es una descarada violación. A esto se le llama violencia obstétrica. Muchas mujeres salimos de la consulta habiendo sufrido grandes dolores, que nadie se atreva a decirnos si nos duele o no, y sin ni siquiera saber qué es lo que nos han hecho, sólo con la certeza de que ese día nos hicieron un tacto muy doloroso.

Si el ginecólogo o matrona de turno piensan que puede venirnos bien el que nos realicen esta maniobra, lo primero que deberían hacer es informarnos de lo que es la maniobra de Hamilton, cómo se realiza, lo que implica, sus riesgos y sus alternativas. Y tras habernos informado pedirnos nuestro consentimiento. Para cualquier práctica o intervención, ya sea en el embarazo o en el mismo parto, es necesario nuestro consentimiento.


Si todo va bien no es necesario realizar la maniobra de Hamilton en la semana 40, ya que tenemos tiempo de ponernos de parto de forma natural. Se puede considerar realizar esta maniobra, pasada la semana 41 o 42, para intentar provocar el parto, antes quizás de utilizar otros métodos de inducción farmacológicos, mediante prostaglandinas exógenas u oxitocina. Para ello los profesionales que nos atienen tienen el deber de informarnos de las alternativas que tenemos. La decisión en última instancia la tomamos cada una de nosotras en nuestro caso particular, valorando los pros y los contras.


Como siempre digo, es muy importante estar informada de todo el proceso que estamos viviendo y que está por llegar, embarazo, parto, postparto, lactancia… Eso no quita que el personal que nos atiende deba informarnos en todo momento, sin realizarnos nada a nosotras o a nuestro bebé que no hayamos consentido.



¿Te han realizado la maniobra de Hamilton? ¿Te explicaron en qué consistía y te pidieron permiso para realizarla?



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2 comentarios:

  1. Sí me la realizaron, sí, sin explicarme nada y sin mi consentimiento, y aún no sé por qué.
    Me provocaron el parto en la 42 y como no sucedía nada con la oxitocina al cabo de 4 horas la matrona me hizo esta barbaridad para decirme el ginecólogo al cabo de una hora Bah, no vas a dilatar, a cesárea! Y somos tan cobardes que nos dejamos hacer de todo y no reaccionamos hasta que nos informamos que las cosas no son como nos habían contado. Así nos va.
    Un besito, Carol.

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    Respuestas
    1. Siento tu experiencia. Para nada nos tratan como personas... luego dicen.

      Es un momento en que nosotras no estamos para luchar por nuestro parto, y menos aun si no estamos informadas o si comienzan a asustarnos con cualquier cosa. Por eso siempre recomiendo informarnos y que nuestro acompañante lo esté igualmente, porque será quien hable por nosotras sabiendo lo que queremos.

      Un abrazo

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